El fotógrafo Victorino García Calderón se debate en el DA2 entre «la ética y la estética» con una retrospectiva
La exposición ‘Una mirada compartida’ repasa la trayectoria del artista salmantino con una muestra comisariada por José Gómez Isla que exhibe un total de 80 fotografías en varias secciones
El DA2 de Salamanca acoge hasta el próximo 13 de marzo una retrospectiva de los casi 50 años de carrera del fotógrafo salmantino Victorino García Calderón, donde el artista se debate entre «la ética y la estética».
La muestra reúne, divididas en varias secciones, un total de 80 fotografías del artistas salmantino que ayer, ya Victorino García Calderón ya al inicio de su discurso, reconoció ser «muy proclive a la emoción» ya que, desde su punto de vista, «sin ella, es muy difícil llegar a la gente» y pronunció una improvisada alocución jalonada con emotivos detalles. Comenzando por el recuerdo de su abuelo asesinado en 1936 cuando caminaba hacia la cárcel que ocupaba el espacio en el que hoy se erige el Museo DA2 y cuya imagen protagoniza la sección principal. «Todas las fotos que hice aquí, las hice pensando en mi abuelo», reconoció.
García Calderón huyó del elitismo durante su discurso y defendió que «cualquiera puede hacer fotografía» sin necesidad de invertir en caros equipos. «El arte está en cualquier sitio. Solo hace falta aprender a mirar como a mí me enseñaron. Desde entonces, me debato en una contradicción entre la belleza y la vida», señaló el fotógrafo, antes de explicar que renunció a dedicarse al reporterismo gráfico, a pesar de su acusado compromiso social. « Me encanta la obra de Gervasio Sánchez o Sebastiao Salgado, que han sabido sacar arte de hechos históricos, pero preferí quedarme enseñando en mis clases», matizó, en declaraciones recogidas por Ical.
El comisario de la exposición, José Gómez Isla , destacó durante su intervención que la muestra exhibe «una parte ínfima» de la producción fotográfica del autor a lo largo de su medio siglo de carrera profesional. Según el comisario, García Calderón es un fotógrafo que en su trayectoria sabido captar «aspectos inéditos, que a veces eran invisibles y otros representaban imágenes efímeras a punto de desaparecer». Así, Gómez Isla destacó su mirada «curiosa y nostálgica» que se encuentran entre dos mundos, «la ética y la estética», conceptos ambos refrendados por el propio fotógrafo.
Según subrayó el comisario de la exposición, la obra de Victorino transcurre «desde la admiración por la naturaleza hacia un activismo que le ha llevado a documentar sucesos, hechos y lugares con un agudo ojo critico». En torno a ese equilibrio pivota toda su creación desde hace décadas y es lo que han tratado de resumir con esta exposición cuya labor de selección fue «ardua», según el propio comisario, ya que el fotógrafo mandó cerca de 7.000 fotos .
Gómez Isal también dedicó un espacio al maestro del fotógrafo, sobre quien «siempre habla», Pepe Núñez Larraz, y que le enseñó a descubrir la luz.
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