Fernando Conde - Al pairo

Jerez y Valladolid

«Si en algo se parece hoy Jerez a Valladolid, como dos gotas de agua, es en el abandono que sufre su centro histórico»

Calle PLaterías de Valladolid ABC

Sobre el témpano de uno de los muchos toneles firmados (allí llamados botas) que atesora la ya única bodega jerezana de capital español mayoritario, la de González Byass , el visitante atento podrá hallar esta dedicatoria: «Tio PePe tambueno que chata los rratone le crece el pelo», tal cual; y debajo, la firma del autor, Manuel El Cordobes (sic), fechada (5-12-80). Aunque la mítica bodega conserva testimonios de muchos otros famosos, la del Cordobés traslada a aquella España recién salida de la dictadura e incipiente conversa en una democracia convertida hoy en feria de vanidades y banalidades. Una España en la que aquel torero no podía ocultar su humilde extracción y su exigua formación , por más que cada tarde, para ser alguien famoso y rico, debiera enfrentarse a los cuernos de la muerte y dar pases de pecho, entre saltos de rana, que valían tantos duros como cornadas. Ese tonel grabado es hoy un libro de historia contemporánea de España, en resumido.

Por aquellos años Jerez aún podía rentabilizar, bajo apellidos de prosapia inglesa pero de larga exposición española ( Byass, Domecq, Osborne ...), sus soleras bien pagadas, sus amontillados olorosos y sus palos cortados. Y aún tardaría alguna década más en llegar la crisis que convertiría a la ciudad de Lola Flores , de Caballero Bonald , de Rafael de Paula y del general Primo de Rivera en sombra pobre de un rico pasado.

Fue entonces cuando Jerez se hizo Valladolid. Porque si en Jerez hay vinos de mucha fama, en Valladolid también. Si en Jerez hay señoritos, en Valladolid también -o, como poco, «VATOVIs» , VAllisoletanos de TOda la VIda. Si en Jerez hay palacios, en Valladolid también... los hubo, hasta que algún especulador notable, allá por los cincuenta del pasado siglo, decidió, en aras del progreso (¡cuántos atentados cometidos en su nombre!), sepultar en hormigón armado y ladrillo caravista el legado histórico de quien fuera maestro primero de especuladores inmobiliarios: Francisco de Sandoval y Rojas, I duque de Lerma, valido de Felipe III .

Pero si en algo se parece hoy Jerez a Valladolid, como dos gotas de agua, es en el abandono que sufre su centro histórico. La cantidad ingente de locales cerrados en el corazón jerezano recuerda el erial que es hoy e sa calle que en el siglo XVII pasaba por ser la más importante de Europa, la de Platerías en Valladolid . Y la explicación del vacío es, en parte, la misma: un gran centro comercial en el extrarradio se encargó de oficiar el funeral en honor del centro histórico. En Jerez, al menos, han puesto un precio simbólico a los aparcamientos públicos los fines de semana y algo han empezado a recuperar. En Valladolid, no parece.

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