Fase 1 en el medio rural

«Por favor, no vengan de fuera»

Las zonas que avanzan en la desescalada reciben el cambio entre la alegría, la prudencia y el temor a foráneos

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Una vecina en la localidad vallisoletana de Esguevillas ICAL

ABC

Entre la alegría por el ansia de libertad que se añora desde hace casi dos meses, el sentimiento de responsabilidad a que todo se trunque de nuevo, la prudencia extrema de puertas para adentro para que eso no pase y la súplica a los de fuera para que les dejen avanzar y no franqueen sus tierras libres de coronavirus. Son los sentimientos entremezclados con los que este lunes darán la bienvenida a la fase 1 en 26 zonas básicas de salud de Castilla y León, enclaves rurales en los que residen más de 53.000 personas y en los que la hostelería y el comercio echan a andar hacia la nueva normalidad .

Al tratarse de zonas rurales consideran en la mayoría de casos que tampoco cambiará sustancialmente la realidad de sus territorios, más allá de propiciar encuentros familiares hasta ahora no permitidos y que podrá abrir algún establecimiento comercial a mayores de los que ya estaban funcionando y la hostelería medirá si le compensa arrancar o esperar. En Yanguas (Soria), por ejemplo, consideran que deberían abrir sus negocios cuando los riojanos «puedan llegar a la villa a comer torreznos» .

De cara a su ingreso en ese envidiado club de la fase 1 los enclaves de las seis zonas básicas de salud de Burgos dicen estar preparados para la«nueva normalidad», aunque la localidad de Quintanar de la Sierra, afirman que el cambio lo ven«un poco precipitado» y que lo llevarán a cabo«con cautela». La misma que se marcan en los municipios leoneses incluidos en la propuesta del Gobierno, donde el salto se asume con satisfacción contenida y con mucha prudencia. «A la Junta le dijimos que no teníamos ninguna prisa. Nos ha costado muchísimo estar en esta situación, porque teníamos miedo a una vuelta atrás», explica Francisco Simón, alcalde del municipio de Truchas, informa Ical.

Los alcaldes ven en la medida un reconocimiento al esfuerzo colectivo. «Nos parece positivo porque significa que hemos hecho las cosas bien», señala el regidor de Alaejos (Valladolid), Carlos Mangas, Eso sí, advierte de que«necesitamos que esté acompañada de medidas que eviten el efecto llamada y que regrese a segundas residencias gente que vive en Valladolid, Madrid o San Sebastián». De hecho, apunta cómo en la última semana ya ha observado alguna familia llegada del País Vasco, a la que ha llamado la atención.«Y, ¿qué más podemos hacer? Hemos hecho un gran trabajo los vecinos de estos pueblos para mantener al virus a raya y ahora hay gente irresponsable ».

Se trata de una constante ese miedo a la llegada de alguna persona que ansía con ir a sus segundas residencia, cosa que no pueden hacer si éstas están en zona en fase 1 pero no la zona básica de salud a la que pertenezcan, cuando se permitirá su movilidad.«A la gente le preocupa que cuando se empiece a normalizar la situación vengan personas de fuera sin control, sin saber si están infectadas y son asintomáticas. Se sabe muy poco de este tema y, si te descuidas, puedes verte en problemas. Ahora, las ciudades miran hacia el medio rural, lo que son las cosas », señala por su parte, el alcalde de Alcañices (Zamora), Jesús María Lorenzo.

Para evitar al máximo la llegada de gente de fuera, en Torquemada (Palencia) no se va autorizar la instalación de mercadillos aunque este nuevo nivel lo permita, señala el alcalde de este municipio, Jorge Martínez, que quiere premiar también a los locales.

Ese temor de un paradójico éxodo al medio rural se extiende también por Salamanca. El alcalde de Miranda del Castañar, Juan Pablo Gutiérrez, afirma que al ser pocos, hay«muchas ganas de salir y verse con los familiares». Sin embargo, también reconoce que hay muchos vecinos«preocupados por la incertidumbre de lo que pueda venir de fuera».

Y es que en estos pueblos hay una sensación diferente que en las ciudades, aunque solo sea por el hecho de que no hay aglomeraciones. Por ejemplo, en Muñico (Ávila) no ha habido casos por lo que ahora se recibe«con alegría y prudencia la noticia», ya que como la alcaldesa apunta «no tenemos que volvernos locos». «Queremos que la gente pueda salir de forma ordenada y con las medidas de seguridad. Con prudencia por la gente mayor» .

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