«Nunca hubo héroes, sino personas de carne y hueso»

Familiares de sanitarios y sociosanitarios fallecidos por Covid reclaman a las administraciones autocrítica por su gestión durante la entrega de la Medalla de Oro de las Cortes

Ana Gutiérrez García, hija del médico Antonio Gutiérrez González, aplaudida tras su intervención en las Cortes HERAS

M. AntolínC

La emoción y sentidas palabras de agradecimiento llenaron ayer el hemiciclo de las Cortes. Allí, los profesionales sanitarios y sociosanitarios recibieron la Medalla de Oro del Parlamento autonómico y el homenaje de toda la sociedad castellano y leonesa por su labor para combatir al coronavirus desde hace ya casi dos años. Una ceremonia en la que hubo un especial recuerdo para los 17 trabajadores que para salvar la vida de los demás perdieron la suya en la batalla contra el virus.

Ante la bancada que suelen ocupar los miembros del Gobierno autonómico, familiares de los fallecidos fueron recogiendo de manos de los miembros de la Mesa una insignia en reconomiento por el impagable trabajo realizado por los suyos durante la crisis sanitaria. Son pérdidas que dejan mucho dolor, reconoció ante el auditorio la hija de Antonio Gutiérrez, coordinador del centro de salud leonés de Eras de Renueva que murió con 60 años en abril a consecuencia del Covid. «Estoy aquí para despedirme de mi padre, ya que no pude hacerlo ni en el hospital ni en su último adiós», expresó Ana Gutiérrez en representación también de los familiares de los compañeros de su padre, «seres humanos con mayúsculas a los que quiero agradecer haber trabajado de forma incansable, llevando a cabo el mayor acto de amor: dar su vida por los demás.

«Que admitan sus errores»

«Mi padre era una buena persona, humilde y generosa, con una inmensa vocación por la medicina», rememoró, pero también «preocupado» por las «carencias» de la sanidad. «Jamás imaginé que, a pesar de su lucha, acabaría siendo víctima de un sistema que no ha sido capaz de velar por su principal activo: sus profesionales», reprochó, antes de exigir a las administraciones que «admita sus errores» y «haga autocrítica» tras lo ocurrido «para que no vuelvan a suceder». Serán «sin duda», los sanitarios y sociosanitarios «los vencedores» de la pandemia porque son «un ejemplo para todos» , demostrando «solidaridad, entrega y unos valores capaces de vencer a cualquier virus», concluyó.

En nombre también de las familias, habló Pilar Mateos Castaño, hija del coordinador del centro de salud de Linares de Riofrio (Salamanca), Luis Fernando Mateos, que también perdió la vida luchando contra el coronavirus. Recordó a los más de 20.000 sanitarios y sociosanitarios de la región y aseguró que en los primeros momentos tuvieron que enfrentarse a una «enfermedad desconocida sin otra herramienta que su vocación de servicio público y su espíritu de sacrificio». Y aún lo hacen, subrayó, demostrando «generosidad» y que «detrás de cada embestida, y ya van cinco, nunca hubo héroes, sino trabajadores de carne y hueso y algunos de ellos ya no están».

Esta pandemia, dijo, «ha puesto en jaque al sistema sanitario, ha enseñado su mejor y peor cara, pero también es una oportunidad para mejorar». Y así lo ha demostrado la colaboración entre profesionales y los avances impulsados en muy poco tiempo. «Seguimos en el camino, pero hay que aprender de lo sucedido, utilizando más y mejores herramientas», concluyó.

Como una «luz» en medio de «tanta angustia e incertidumbre», definió el presidente de las Cortes de Castilla y León, Luis Fuentes, al trabajo de los sanitarios en los meses más duros de la pandemia, cuando el virus acaba con centenares de vidas al día. Y es que, a pesar de las circunstancias, de luchar contra un adversario totalmente desconocido, «no dudaron en estar en primera fila para combatir y mirar a los ojos a un virus tan cruel como inesperado». Por eso, Castilla y León les rinde tributo, como muestra de «profundo respeto» a quienes «antepusieron el deber a su propia seguridad» con «jornadas sin descanso y, en muchos casos, en condiciones que no eran las mejores», manifestó.

Con un reconocimiento especial a la «juventud MIR», que, «sin apenas experiencia tuvo que coger las riendas», un recuerdo a las personas mayores cuya soledad se agravó con la pandemia y un agradecimiento a otros profesionales que también estuvieron al pie del cañón, Fuentes finalizó un discurso con el que también quiso «aliviar», aunque fuera «levemente», el dolor de las familias. En una intervención previa, también el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, mostró su reconocimiento a los sanitarios, cuya Medalla de Oro se colocará fuera del hemiciclo de las Cortes en recuerdo del duro trabajo desarrollado durante los meses de pandemia.

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