Estrategias

No hay tiempo para la resaca electoral. De hecho ya estamos en la campaña del 26 de mayo y los partidos, todos, saben que se le juegan. El PSOE porque acaricia el poder en la Junta; Ciudadanos se ve director del cambio; Podemos busca evitar el naufragio; Vox por hacerse imprescindible en las Cortes, y el Partido Popular por conservar la Junta y revertir la debacle nacional sufrida.

Se equivocan quienes dan al PP por hundido. Puede que este tocado, pero estamos ante la formación con mayor implantación en la Comunidad, con una máquina electoral muy potente y todavía con mucha penetración en el electorado de Castilla y León. Con Madrid sin ser una pesada carga como lo ha sido en esta campaña, el PP de Castilla y León tratará de rehacer naves y recuperar parte del voto perdido. Tiene medios humanos para hacerlo y no van a cejar en ello.

En el PSCL se impone la euforia contenida. Un prudentísimo candidato Luis Tudanca durante la campaña de las generales va a seguir en esa línea, procurando no cometer errores y dejándose llevar por una ola que le empuja y a la que solo tiene que alimentar con el voto del miedo, tal y como ha hecho Pedro Sánchez en las pasadas elecciones.

Francisco Igea será, sin duda, uno de los actores de la campaña autonónica. Sus afirmaciones previas de acabar con la mayoría popular de 32 años ya las matiza y ahora habla de pactar con Partido Socialista o Partido Popular en función de compromisos concretos que adquieran. No interesa a Ciudadanos ahora marcar la carta de los pactos como lo ha venido haciendo hasta el momento.

Dos incógnitas: habrá que ver si votar a Vox volverá a suponer apuntalar a la izquierda y si a Podemos le lastra el voto útil del que se sintió víctima en las generales del pasado domingo.

Las elecciones en la Comunidad de Castilla y León serán muy interesantes y como punto de partida, todo está abierto.