Seminci

Una Espiga de Oro para la Reina

Doña Letizia se interesa especialmente por la «difícil» sincronización de música e imagen durante la proyección de «El hombre mosca» en el Auditorio Miguel Delibes

Fotos: ICAL

I. JIMENO

Un «claro» respaldo al cine. Es lo que demostró y expresó ayer la Reina con su presencia en Valladolid para asistir a la proyección de la película «El hombre mosca», acompañada en esta ocasión por los acordes en directo de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León (Oscyl). Doña Letizia, reconocida cinéfila y quien en numerosas ocasiones ha asistido a disfrutar de una proyección junto al Rey Felipe VI, también cuando eran Príncipes, eligió un clásico de la gran pantalla para asistir a la Seminci. Una presencia muy especial en la que ha supuesto la primera asistencia de un miembro de la Familia Real en la Semana Internacional de Cine de Valladolid en sus más de sesenta años de historia y también en un festival cinematográfico.

Un respaldo al séptimo arte que también demostró en los minutos que compartió con los miembros del Consejo Rector de la Seminci y con representantes del mundo del cine. Productores, directores -entre ellos, el director de la Academia, Mariano Barroso-, distribuidores y periodistas especializados del panorama nacional e internacional que estos días se dan cita en Valladolid con motivo de la 63 edición del festival pudieron conversar un rato con Doña Letizia sobre la situación presente y de futuro del sector.

Aplausos

La Reina fue recibida con un sonoro aplauso a su entrada al Auditorio del Centro Cultural Miguel Delibes para disfrutar de la proyección y el concierto que puso sonido a la película de cine mudo. Compartió sala con cerca de un millar de personas que acudieron también a la cita, programada dentro de la Seminci. En la gran pantalla, las peripecias de Harold Lloyd, el protagonista del largometraje dirigido por Ferd Newmeyer y Sam Taylor en 1923.

En esta ocasión, la película de título original «Safety last!» contó con el aliciente añadido de la música de los acordes de la partitura que en 1989 Carl Davis compuso para la cinta de cine mudo. Los encargados de interpretarla, los miembros de la Oscyl, en esta ocasión bajo la batuta de Damian Iorio como director invitado de la orquesta, que ha tenido que afinar mucho su interpretación para adaptarla al compás de la imagen. Pero tiene experiencia, ya que no es la primera vez que lo hace, pues ya ha puesto música a otras cintas.

La Reina Doña Letizia eligió una proyección de cine mudo de la Seminci para asistir por primera vez a un festival del séptimo arte

Junto a Doña Letizia, en el centro del patio de butacas, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, con quien la Reina conversó animadamente mientras aguardaban en sus asientos a que comenzara la proyección y el concierto. También, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente; la presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, o la delegada del Gobierno en la Comunidad, Virginia Barcones, entre otras muchas autoridades locales, provinciales y regionales compartieron sesión con Su Majestad, quien llegó a la ciudad del Pisuerga a bordo de un tren AVE, acompañada por la ministra de Política Territorial, Meritxel Batet.

Espigas de regalo

Con ellos posó también Doña Letizia en el «photocall» colocado a la entrada del centro cultural. Y como cicerone, el director de la Seminci, Javier Angulo, quien llevaba en sus manos un pequeño detalle que el festival y la ciudad de Valladolid quisieron que se llevara la Reina: dos broches en forma de espiga, el símbolo que identifica al festival y que da forma a los galardones que hoy se entregarán en la ceremonia de clausura, cuyo palmarés se dará a conocer esta mañana.

En el exterior del Miguel Delibes también un centenar de personas aguardaba curiosa la llegada de la Reina, a quien mostraron su apoyo con un aplauso. Muy elegante, Doña Letizia eligió para la velada cinematográfica un pantalón palazzo negro, zapatos del mismo color y chaqueta de cuero con lazada a la cintura. Pelo con un recogido bajo.

Doña Letizia respondió con un amable saludo a los aplausos a su entrada en la sala para disfrutar de los algo más de 70 minutos de proyección y música con un montaje especial de una obra clásica con casi un siglo de vida que deleitó a los asistentes, como demostró el sonoro y prolongado aplauso, acompañado de gritos de «¡bravo! ¡bravo!» y silbidos de satisfacción que pusieron fin a la sesión cinematográfica. También, la felicitación personal que la Reina expresó al director, a quien preguntó especialmente por la «difícil» sincronización de música e imagen. Lo hizo durante los minutos que compartió con los asistentes, con quienes departió y posó para numerosas fotos.

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