Enseñanzas artísticas: una ventana al mundo

La creatividad, el espíritu crítico o la inteligencia se potencian con estos estudios, según los expertos

HERAS

CRISTINA ROSADO

Las Meninas de Velázquez, el Museo Guggenheim o una talla de Gregorio Fernández de las que se encuentran en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid tienen en común que son obras de arte, pero también poderosas herramientas educativas para los niños. Eso sostienen distintos maestros en los colegios de Castilla y León y profesionales de la universidad y de los museos de la Comunidad, que resaltan las posibilidades que para el desarrollo y aprendizaje de los niños ofrecen las enseñanzas artísticas.

«El arte es una ventana al mundo actual a partir de obras que se generan en las artes», define Pablo Coca, profesor de Educación Artística en la Facultad de Educación de la Universidad de Valladolid en Palencia. Ha sido hasta 2018, y durante diez años, coordinador de proyectos educativos en el Museo Patio Herreriano de Valladolid -se encuentra en excedencia- y considera que históricamente, estas enseñanzas se han situado «por debajo» de otras a las que se ha priorizado, como las matemáticas, la literatura o las ciencias, «porque se cree que las artes tienen menos salidas profesionales» y porque «parece que las enseñanzas deben ir destinadas a un futuro profesional y no tanto a la formación integral del individuo». Pero a su juicio, como el resto de conocimientos, «son fundamentales», y más en un mundo tan conectado a la imagen como el actual. Por ello sostiene que «la educación artística es clave para poder separar los productos que nos llegan por los dispositivos que usamos de los valores y creencias». En definitiva, aprender a discernir y ser críticos: «Es un manera de educar la mirada», afirma, «porque el arte es un instrumento que usamos continuamente y no somos conscientes del poder que tiene». Dice que «en la universidad, cuando formamos a los futuros maestros, la mayoría no tiene estudios artísticos» y su trabajo es que entiendan «la creatividad y la mirada de los niños», que el arte es un «recurso de construcción del conocimiento», pero a la vez, esos futuros maestros deben saber trabajar con la influencia visual de todas las imágenes que reciben los niños «y eso también es formación artística».

La extensión del aula

Museos como el Patio Herreriano incluyen programaciones especiales para los más pequeños, para que se adentren en este mundo artístico con sus colegios y en compañía de sus familias, como «una extensión del aula». Por ello, Coca también reivindica esa colaboración museo-colegio, algo que reconoce, también se está produciendo por el esfuerzo del profesorado. Un ejemplo de esto último está en colegios como el CEIP María Teresa Íñigo de Toro , de Valladolid, que ha recibido en 2019 el XXXIV Premio Nacional Francisco Giner de los Ríos a la Mejora de la Calidad Educativa por su proyecto «Grandes artistas con pequeñas manos»; o el también vallisoletano CEIP Melquíades Hidalgo de Cabezón de Pisuerga , galardonado en 2017 con el Premio Nacional de Educación para el Desarrollo Vicente Ferrer por su proyecto innovador «El Mundo a través de otros ojos. Educar en valores a través del arte». Sus creadoras, las maestras Rosa Elena Román y Arancha Vilor, explican que, además de aportar datos y fechas a los niños de Infantil y Primaria, pretendieron «darles otra visión del arte, que es la educación en valores», señala Arancha Vilor, relacionando distintas obras de pintura, escultura o arquitectura con otras materias que se abordan en el currículo escolar, como las matemáticas y la geometría, y trabajando las emociones, los hábitos saludables y la alimentación. El Bosque de Oma de Agustín Ibarrola conectaba perfectamente naturaleza y arte, como los dibujos de Banksy son una forma de explicar a los niños los derechos humanos.

Para Rosa Elena Román, estas enseñanzas «se valoran muy poco para la importancia que tienen y son pocas las horas que hay para dedicarles». Por eso, en su colegio las trabajan en todas las áreas, de modo que «puedan tener un horario mayor» a la hora semanal dedicada a la música o a la educación plástica.

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La respuesta de los niños es positiva, según estas docentes: «Les encanta en esta era tan tecnológica, porque creo que es algo a lo que no están acostumbrados», dice Arancha Vilor, que cita un ejemplo: «Fuimos un día al Museo del Prado, como hemos ido al Patio Herreriano o al Nacional de Escultura, y la experiencia en el Prado fue espectacular. La visita fue a final de curso y los niños ya tenían herramientas para valorar lo que veían, pero no pensamos que les iba a gustar tanto». Su compañera Rosa comenta a renglón seguido que los chavales «animaron después a sus padres para ir un fin de semana a ese museo y luego lo contaron en clase entusiasmados».

Los docentes abogan por dar mayor peso a estos estudios en el curriculo escolar

Quien también se esfuerza día a día porque estas enseñanzas recuperen peso en el sistema educativo es el pintor, arquitecto y profesor de l IES Ramón y Cajal de Valladolid Antonio Acevedo . Para este docente, «el primer fallo se produjo en el cambio de la Lomce en 2013, que redujo el número de horas dedicadas a estas enseñanzas. Incluso, en 3º y 4º de la ESO, el dibujo es optativo entre otras asignaturas, lo que hace que siga siendo «una maría» y que «el alumno no le dé la importancia que hay que darle». «Sin embargo», añade Acevedo, «el mundo de la imagen es fundamental actualmente», por lo que a sus alumnos les habla de la cultura visual, de las implicaciones y connotaciones de ese aluvión de instantáneas e iconos que rodean nuestra vida, y también de las salidas profesionales que ofrecen en campos como la arquitectura, las ingenierías o el diseño.

Además de la educación integral del individuo, posibilitan salidas profesionales en el diseño o las ingenierías

El dibujo desarrolla la creatividad, la inteligencia emocional y el trabajo en equipo en todos los ámbitos y, a juicio de Acevedo, «siempre hay un creativo en las empresas», además de apuntar que «he visto chavales que suspendían muchas asignaturas y que se engancharon al dibujo y aumentaron su autoestima», porque también esta enseñanza «ofrece muchas opciones para adaptarte a las condiciones de cada alumno».

Una herramienta mágica

También resalta la innovación educativa de algunos docentes gracias a las artes. Él mismo utiliza la «clase invertida» y ofrece a sus alumnos la posibilidad de ver, fuera de clase, vídeos relacionados con la materia que quiere explicar y que a la vuelta puedan aclarar dudas y ser comentados. Y les explica, por ejemplo, que Steve Jobs «sabía mucho de matemáticas e informática, pero lo que le preocupaba era el diseño de sus productos, la curvatura de sus teléfonos, la caja de sus ordenadores». Pura creatividad. O que cuando un arquitecto crea un edificio, es básico el cálculo de estructuras, pero lo que trasciende «es la poética de ese edificio», afirma. Todo gracias a unas enseñanzas que para Rosa Elena Román son «una herramienta mágica».

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