Enrique Rivero - Cuando te vas del Congreso III
Las cuatro estaciones: el invierno
No había pasado ni un mes desde las últimas elecciones cuando mi amigo Manuel me preguntó por primera vez «¿Qué, Enrique, guardamos la carpa, o la dejamos a mano por si acaso?»,
No había pasado ni un mes desde las últimas elecciones cuando mi amigo Manuel me preguntó por primera vez «¿Qué, Enrique, guardamos la carpa, o la dejamos a mano por si acaso?», a lo cual le contesté «Ojalá no haga falta usarla, pero después de todo ya hemos hecho campaña de generales en invierno, en verano y en primavera, y por lo tanto … solo nos falta el otoño».
La campaña de invierno fue la de las elecciones generales del año 2015. Ciudadanos había arrancado de nuevo (yo mismo había participado temporalmente en un primer intento durante el año 2006) en Castilla y León y en Palencia apenas un año antes, a lo largo del cual como en el resto de las provincias habíamos ido creciendo en afiliación, y afrontado ya una primera cita electoral, las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo del mismo año.
Recuerdo la emoción de tomar parte en algo importante e innovador. Una alternativa al bipartidismo tradicional y apegada al constitucionalismo y al criterio de preferir las reformas razonadas a las revoluciones abruptas. Desde el primer momento, comenzaron también las críticas y sugerencias. Todo el mundo opinaba acerca de las personas que se iban integrando en el proyecto, sobre las ideas del partido y, en general, respecto de cualquier movimiento interno o externo. Frases como «Deberíais hacer … (esto o lo otro)» «... cómo se os ocurre contar con … (a esta o a aquel)» o la proverbial «... tendríais que pactar con (unos u otros, dependiendo de la filiación política de la persona proponente)» surgían de inmediato en las conversaciones, cada vez que alguien te identificaba como afiliado o candidato de Ciudadanos.
Esa primera campaña fue seguramente la más larga de todas. Apenas concluido el mes de mayo, con el razonable resultado inicial de haber obtenido representación para las Cortes en cinco provincias y numerosos diputados provinciales y concejales en todas ellas, incluyendo las capitales, así como alcaldes de municipios importantes, apenas concluidas esas elecciones digo se puso en marcha el proceso para la selección por primarias de los candidatos al Congreso y al Senado en todas las provincias.
Llegamos pues al mes de diciembre con varios meses de trabajo acumulados y empleados sobre todo en consolidar el proyecto en nuestras respectivas provincias, y con toda la ilusión del mundo invertida en el sueño de hacer llegar a Albert Rivera y un grupo parlamentario lo más nutrido posible al Congreso. Y sin lugar a dudas lo conseguimos.