Los embalses afrontan el verano con las reservas por encima de su media

Con más de 2.400 hectómetros de agua almacenada, están a más del 80% y el año pasado no llegaban al 70

Las Cogotas (Ávila) casi triplica su líquido, y está en un «histórico» 92%

Embalse de Las Cogotas, en la provincia de Ávila M. MARTÍN

Isabel Jimeno

Muy diferente es la imagen que arrojan ahora los embalses de la Cuenca Hidrográfica del Duero (CHD) sobre la estampa de escasez que muchos achacaban hace un año. Con la reservas a más del 80 por ciento de su capacidad afrontan el verano , la época de mayor consumo y que suele coincidir con la de menos aportaciones. Unas reservas que suponen no sólo estar muy por encima de las que tenían el año pasado, en el que la sequía fue especialmente dura en puntos con Ávila, sino que también sobrepasan de manera notable las del promedio del último decenio.

A más del 84 por ciento estaban los vasos de los dieciocho embalses que gestiona la CHD -el organismo de Cuenca que abarca prácticamente toda la Comunidad-. Más de 2.400 hectómetros de agua de los 2.877,5 posibles, muy por encima del 70,8% al que se encontraban en estas mismas fechas en 2019 . Y también siete puntos por encima del promedio del 77,4 por ciento del último decenio.

El generoso otoño en precipitaciones permite ahora esta situación. Pese a que en este año hidrológico -arranca el 1 de octubre- apenas ha habido nevadas y que son en buena parte las que más aportan a los embalses con el deshielo, los húmedos y cargados frentes otoñales sirvieron no sólo para sacar de la situación de déficit con que arrancó, sino para superar con creces las reservas habituales. Entre mediados de noviembre y mediados de diciembre el despegue de las aportaciones de líquido fue tal que se multiplicaron por más de dos, pasando de algo más de mil hectómetros cúbicos de agua almacenada a situarse cerca de los 2.500. Aunque en la recta final de año disminuyeron ligeramente, la primavera ha vuelto a ser clave para afrontar el verano con garantías . Y eso que el invierno no llegó con mucha lluvia y las nevadas brillaron por su ausencia y febrero fue «extremadamente seco», según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Junio tampoco ha mojado mucho el suelo ,y eso se ha notado en la acumulación en los vasos de los embalses, que comenzaron a notar ya entonces la disminución de precipitaciones y el aumento del consumo. El regadío es su mayor «bebedor», pero ya en julio en una tierra eminentemente cerealista como la de Castilla y León estos cultivos apenas necesitan aportaciones extra , pues están en plena cosecha.

Desde la CHD ya mostraron al inicio de la campaña de riego -comenzó de forma oficial el 1 de abril, aunque antes se autorizaron riegos puntuales para zonas y cultivos concretos para facilitar la nascencia- su confianza en el desarrollo de este periodo «con garantías en prácticamente toda la cuenca». Y la evolución de la primavera sirvió para disipar las dudas que de nuevo se cernía sobre el sistema Adaja . Tanto que la dotación de riego se ha duplicado respecto al restrictivo 2019. Tiene incluso en este momento unas reservas «históricas», según la CHD, que casi triplican el agua almacenado en el embalse de las Cogotas hace un año. Está por encima del 93 por ciento de su capacidad, lejos del 32,5 de doce meses atrás y que en una situación de constante caída obligó a que tomar medidas de control del consumo. Sin llegar a cortes de suministro, se midió con cuentagotas el abastecimiento, adiós al regado de parques y jardines en la capital abulense, fuentes apagadas y menos cultivos para garantizar la irrigación.

Es el embalse que presenta una situación que más contrasta con el año anterior: ahora supera los 54 hectómetros cúbicos de líquido almacenado; hace un año, no llegaba a 19 y cerró año hidrológico casi reducido a un hilillo de agua.

Diferencias

Y aunque la reserva de agua disminuye semana a semana como es habitual en esta época, todos los sistemas se mantienen aún en valores por encima del 80 por ciento e incluso del 90. En la provincia de León, la que más capacidad de almacenamiento tiene, los embalses de Riaño, Barrios de Luna, Porma y Villameca están en su conjunto al 83%, con mil hectómetros cúbicos almacenados, lo que supone cuatro puntos más que el promedio del decenio. En Burgos, otra provincia que el año pasado no sufrió, también la situación es algo mejor, con las reservas del Arlanzón y Úzquiza a más del 87%. En Soria, Cuerda del Pozo, que suele estar al 80% en esta época y también el año pasado, toca el 90. Y rozando el lleno absoluto, el segoviano Pontón Alto, aunque es pequeño y sólo tiene capacidad para 7,4 hectómetros cúbicos. Y en su compañero de Linares del Arroyo, las reservas son casi el doble que hace un año: de estar al 45% a superar el 85. También muy por encima de la estampa de un año atrás los palentinos de Camporredondo, Compuerto, Requejada, Cervera y Aguilar , que en su conjunto rozan en total el 87% de su capacidad, muy por encima del 57,8% de hace un año. En Salamanca, Santa Teresa, Irueña y Águeda superan en conjunto el 81, veinte puntos por encima del año pasado y 76,3% del promedio de decenio.

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