Verónica Casado ‘regresa’ para denunciar «la mentira y la hipocresía» de la política

La «política no me atraía nada», reconoce. Pero después de dos años y medio de «sufrimiento» y tras una salida abrupta e imprevista, la exconsejera de Sanidad Verónica Casado reapareció ayer en la escena pública para entrar en (pre)campaña de unas elecciones cuyo adelanto no comparte. Así, aunque asegura que sigue sin gustarle «nada» una «política pequeña» en la que «no importa» si «te has dejado el alma», ocupa el último puesto en la lista de Ciudadanos para las autonómicas del 13 de febrero y lo hace -dice- para «demostrar» que «es posible» otra forma de hacer las cosas diferente a la «mentira» y el interés individual con los que asegura haberse topado en sus tiempos como integrante del Consejo de Gobierno. «Espero que tengamos mucha suerte. Nos lo merecemos. Hemos sufrido», apuntó.

«¿Por qué entré en política?», se preguntaba ayer Casado en el acto de presentación de la candidatura de Cs por Valladolid que encabeza Francisco Igea. Y la respuesta en primera instancia era él. Fue su compañero de bata el que en su día le pidió que fuera consejera de Sanidad. Recordó cómo en aquel momento, antes de dar el paso, se planteó por qué la valoración de los ciudadanos hacia la política era tan negativa. «¿Por qué tanta desafección? Hay una cosa que es fundamental que es la mentira. Hay mucha mentira, mucha hipocresía y mucho cortoplacismo», dijo tajante.

Tirando de experiencia personal, aseguró que sus temores se confirmaron cuando comenzó en el que fue su trabajo hasta la convocatoria de elecciones. « Cuando lo vi de cerca fue horroroso. El sufrimiento fue terrible. Ver que da igual, que les importamos nada. Lo que importa es el poner la política a su servicio para que puedan tener un puesto». «Me encontré con la demagogia, con la mentira sin deliberación, sin propuestas y me dije: ‘Esto no puede ser. Estamos engañando a las personas’».

Detalla que fue en ese escenario donde encontró «un equipo de personas que sí cree en la política con mayúsculas, ésa tejida desde la honestidad, el humanismo y la profesionalidad» y «por esa razón estoy aquí apoyando esta candidatura», argumentó Casado, que ni en el inicio ni en el final dijo haber encontrado en ese mundillo del poder las «formas» que cabría esperar.

Así, se pronunció públicamente por primera vez desde su salida de Sanidad asegurando que «lo que nos han hecho», en relación a la convocatoria electoral y el cese de los cuatro consejeros nombrados por Ciudadanos, «no se hace con nadie. Hemos estado codo con codo trabajando. Tienes la sensación de que eres un peón prescindible y, aunque te hayas dejado el alma, pueden quitarte del medio sin que pase absolutamente nada». Aunque era consciente de que en política un día estas dentro y otro fuera, lamentó que las «maneras» no fueron las adecuadas y que «retratan a las personas que están detrás».

Sin querer entrar mucho en faena, en lo que respecta a sus antiguos dominios mostró su «preocupación» por esta sexta ola cuyo menor impacto atribuyó a la vacunación y por un sistema que requiere de «una reforma». La suya no llegó a ejecutarse, pero su compañero de batallas espera que se pueda retomar en la próxima legislatura para afrontar las necesidades del sistema sanitario, que, a su juicio, no se solucionan con propuestas como la de garantizar consultorios por ley. ¿3.600 consultorios con mil médicos?, preguntó Igea. «Eso es engañar a la gente», sentenció.