José Gabriel Antuñano - El callejón del gato
Elección de caras
«Silván, más dinámico y con rápido reprise, es como un motor de gasolina; Mañueco, de diésel, con menos aceleración, es abrumador y tenaz»
No deja de extrañar la «excusatio non petita» del presidente del PP acerca de su neutralidad en el proceso electoral del partido. Va de suyo, pero quizás latiera en su subconsciente aquella rotunda afirmación que formuló en febrero de 2016, «soy partidario de Silván», en la puesta de largo del alcalde de León en Madrid; o acaso el conocimiento de dos hombres criados en sus pechos: Silván, más dinámico y con rápido reprise, es como un motor de gasolina; Mañueco, de diésel, con menos aceleración, es abrumador y tenaz, que se lo pregunten a las fuerzas vivas de Salamanca, para ver cómo les ha colocado a cada uno en su sitio, bastante alejados de él, el epicentro. El escaso número de días entre el anuncio y la elección favorece al más rápido de movimientos ¿Casualidad o cálculo el achicamiento de tiempos?
Otro aspecto en el debe de Herrera al apurar la comunicación de su decisión es que los candidatos no disponen de tiempo para presentar un programa que lleve al militante del PP a contrastar ideas. Se enfrentan a una elección de caras por escaso conocimiento del pensamiento de los candidatos. Mañueco optó en sus años en la Junta y como secretario general del partido por el perfil bajo, situarse a la sombra del presidente, esforzarse en no cometer errores, controlar la organización desde dentro y aproximarse a Génova: tactismo sin ideas; Silván responde a lo que podía llamarse la política líquida, sin recato dice que los afiliados aporten las ideas. Él pone la sonrisa y responde a ese comentario que aquel lejano febrero hizo un dirigente de Génova: «Qué hombre más simpático, lástima que hoy haya aportado tan pocas ideas».