Efecto Errejón

Pablo Fernández hace unos meses ya pasó el trago de las defecciones podemitas en Castilla y León, pero nunca imaginaba que a cuatro meses de las elecciones todo podría empeorar. El sábado en la Jornada Municipalista puso al mal tiempo buena cara: «Vamos de la mano y al unísono». Palabrería hueca y falta de autocrítica. Los cuatro años en esta Comunidad no le han servido para cohesionar e implantar el partido, ampliar la intención de voto, y proyectar una línea política distinta, clara y atractiva.

Autocomplaciente con su salida en los medios y alabado por algunos, no ha sido capaz de comprobar, que su persona no llegaba al potencial votante. El acariciar el cielo ha llevado a Iglesias y a él a dejar de tener los pies en la tierra. Lo de Errejón se venía venir (faltaba saber cómo) y afectará a esta región. Se habla de la disposición de Carmena y Errejón a lanzar más plataformas en otras regiones o ciudades: allí donde existan tendencias o descontentos. Si se Puede de Valladolid, por ejemplo, encontrará en la fórmula Errejón, un modo de presentar su candidatura con otro nombre y fragmentar el voto de Podemos.

Los desencantados de Podemos que rompieron con los Pablos ya tienen percha para colgar sus candidaturas. Al lío interno, se sumará el desacuerdo con IU: Guarido ya ha dicho que con él y los zamoranos no cuenten para coaliciones, y de hecho Podemos e IU acumulan bastante retraso para cerrar un pacto. Saravia en Valladolid al alza, ¿diluirá su nombre y el de otros ediles en la candidatura en Podemos a la baja? Complicado. Además, las intrigas palaciegas de los partidos cotizan a la baja en votos y Podemos sufrirá el desgaste de las luchas cainitas. A los sanchistas se les ha movido el suelo, tanto como con el 2D. Atención a los movimientos de Puente para incluir en su candidatura a gentes de las formaciones que le apoyan, para impedir listas de plataformas ciudadanas, aunque este intentoagrande la fractura entre socialistas.