El disputado voto del procurador 41

Hoy arranca un nuevo periodo de sesiones en las Cortes de Castilla y León con un 40 (PP-Cs)-41 (oposición) que pone el foco en los cinco escaños del Grupo Mixto y la parlamentaria no adscrita que abandonó Ciudadanos

Una de las votaciones en el pleno de las Cortes durante el pasado periodo F. HERAS

Montse Serrador

Si los 41 procuradores que suman el Grupo Socialista (35), los cinco del Grupo Mixto -2 de Podemos y tres de UPL, Por Ávila y Vox- y la parlamentaria no adscrita votan como Fuenteovejuna, podrán bloquear cualquier iniciativa o proyecto del Gobierno de coalición. El reparto de fuerzas viene del pasado mes de marzo, cuando PP y Cs se quedaron en minoría en las Cortes de Castilla y León (29+11), al abandonar el grupo una de las parlamentarias de la formación naranja. Puede haber más combinaciones que echen al traste los intereses de los partidos que integran el Ejecutivo autonómico, pero lo que está claro es que al menos necesitarán dos abstenciones o un voto a favor para aprobar sus proyectos.

Con este arco parlamentario, se avecina un periodo de sesiones, que oficialmente arranca hoy, intenso, en el que la negociación será más que obligada . El foco, no obstante, estará puesto en los integrantes del Grupo Mixto o, más concretamente, en tres de ellos, los procuradores de Por Ávila, la Unión del Pueblo Leonés y Vox, donde el Partido Popular y Cs confían en poder cosechar votos. Conscientes de esta realidad, los parlamentarios de estas formaciones se reconocen «más queridos que nunca» y reivindican lo que, a su juicio, debería ser una constante, el diálogo, al que en esta ocasión se llega por obligación, después de que, ya la pasada legislatura, se acabasen las mayorías absolutas (entonces fue un 42-42).

Uno de los más deseados es el representante de Por Ávila, Pedro Pascual, formación que nació en las últimas elecciones autonómicas y locales de una excisión del PP. Sin embargo, quizá por aquello de que «no hay peor cuña que la de la propia madera», las negociaciones que antes del verano llevaron a cabo desde la dirección de este partido con el PP para alcanzar un acuerdo de Gobierno para el resto de legislatura no llegaron a cuajar y no parece que haya intención de retomarlas.

Pascual confiesa que está en política «para entendernos y acordar porque lo que es bueno es bueno, independiente de quien lo proponga» . Por ello asegura que no está dispuesto a hacer «mercadeo», de forma que «es fundamental que pueda conseguir cosas para Ávila, pero no me voy a oponer a algo que pueda perjudicar a Castilla y León». «Me tratan bien, ahora están más simpáticos y agradables y me dan menos caña», dice en referencia a los dos grandes bloques, Gobierno y PSOE, que aspiran a tener su voto. Pero advierte que su objetivo es hablar y negociar, ir iniciativa a iniciativa, incluido el proyecto de presupuestos para 2022. En este punto señala que su apoyo a las cuentas de este año estaba condicionado a la realización de varios proyectos para Ávila, que a día de hoy siguen pendientes.

Otro de los procuradores adscritos a una provincia es Luis Mariano Santos, de la Unión del Pueblo Leonés. Afirma que la nueva composición del hemiciclo «obliga a PP y Ciudadanos a llegar a acuerdos; tienen que dejar de lado la soberbia porque ahora tienen esa necesidad». Se muestra dispuesto a pactar con todos, aunque no oculta que les hay «más afines», pero insiste en que PP y Cs «tienen que estar más abiertos al diálogo y a mantener conversaciones para cambiar los desequilibrios territoriales». «Esto es la política y a mí me gusta negociar y hablar», insiste.

También apela al entendimiento la procuradora de Vox, Fátima Pinacho , que accedió al escaño en febrero tras la renuncia del anterior parlamentario de la formación de Abascal. Asume que como representante de Vox «tenemos mayor responsabilidad porque un voto puede ser decisivo en cualquier iniciativa». Explica cómo «el diálogo en el Parlamento es continuo desde que PP y Cs perdieron la mayoría, aunque mantiene que el objetivo de su formación sigue siendo el de «aprobar iniciativas buenas para los ciudadanos independientemente de quién las presente». No oculta que, aunque abierta a todas las negociaciones, considera que debería haber una convocatoria electoral porque «la Junta no tiene estabilidad y se nos debería dar la opción de decidir».

Los dos parlamentarios de Podemos completan el Grupo Mixto pero, en este caso, están claramente alineados con el Grupo Socialista (35 escaños). Pablo Fernández se muestra esperanzado con una composición del hemiciclo que «ha variado de forma importante, nos permite sacar adelante iniciativas y obliga a negociar proyectos tan importantes como los presupuestos». «Ahora toca negociar, y mucho, y eso siempre es bueno», apunta, por lo que demanda «diálogo y altura de miras». Reconoce que «ahora todos están pendientes del Grupo Mixto, muy variado y variopinto, pero que adquiere especial relevancia». Reconoce, no obstante, que desde Podemos la experiencia con los partidos del Gobierno autonómica «es pésima porque su credibilidad es cero y eso dificulta llegar a acuerdos».

No serán acuerdos con PP y Cs los que pueda alcanzar la procuradora no adscrita, María Montero, a la que consideran tránsfuga y con la que no están dispuestos a entablar ningún tipo de negociación. Ella, sin embargo, mantiene que su voluntad es «votar a favor de lo que me parezca más oportuno o beneficioso, independientemente del grupo que lo presente». «Lo he hecho en conciencia y voy a seguir haciéndolo», insiste, al tiempo que defiende que igual que ha votado a favor de iniciativas del PSOE, lo ha hecho con otras de Cs o PP.

Lo cierto es que son los socialistas los que vieron los cielos abiertos con la marcha de Montero de la formación naranja , lo que les permitió obtener el trofeo de la pérdida de la mayoría de los partidos que gobiernan en la Junta. Sin embargo, en el Grupo Socialista aseguran que «siempre hemos mantenido la misma estrategia», dice Patricia Gómez, porque «para quien supone un verdadero problema es para ellos» . Por eso, presupone un periodo de sesiones «intenso» en el que «vamos a hablar con todas las fuerzas, salvo con Vox».

«Situación compleja»

En el otro bloque, el que gobierna, el PP intenta restar importancia al hecho de estar en minoría, aunque su portavoz, Raúl de la Hoz, habla de una situación «compleja y difícil , que viene del uso ilegítimo de una tránsfuga por algunos grupos parlamentarios», de forma que asegura que su modo de trabajo «no va a cambiar porque ahora haya una tránsfuga/socialista en la cámara». «Sabemos los que nos vamos a encontrar con el PSOE, pero hay otros más responsables y hay vía de diálogo abierta y permanente con UPL, Vox y Por Ávila», concluye.

El portavoz de Ciudadanos, David Castaño, sin embargo, tiene más asumida la actual correlación de fuerzas que «nos obliga a algo que en política debe ser normal , a negociar» y se muestra dispuesto a «dialogar con todos», excluyendo, eso sí, a su excompañera María Montero. Explica que Por Ávila, UPL y Vox están siempre preparados, no así el Grupo Socialista con quien «nos gustaría, pero todo es bloqueo». Castaño no oculta que lo que queda de legislatura va a requerir «un sobresfuerzo que debería ser normal» y llama la atención sobre otras democracias europeas donde lo habitual son los grandes pactos para formar gobiernos.

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