«Es difícil abstraerse en el escenario de la situación de tu país»

El pianista ucraniano Mikhail Studyonov acompaña a Carmelo Gómez en ‘A vueltas con Lorca’, que recala este sábado 2 de abri. en el Teatro Zorrilla de Valladolid

Mikhail Studyonov junto a Carmelo Gómez y la también pianista ucraniana Tatiana Studyonova SERGIO PARRA

H. Díaz

De Federico García Lorca se conoce su poesía, su teatro, pero poco su música. Sin embargo, al autor «le gustaba mucho tocar el piano y recoger canciones folclóricas», recuerda Mikhail Studyonov, el pianista que acompaña a Carmelo Gómez en la aventura de subir al escenario la vida del granadino tejiendo sus poemas, uno tras otro, y acompañándolos de los arreglos que el propio Federico realizó para el citado instrumento, así como de antiguas canciones españolas. Studyonov se unió al montaje ‘A vueltas con Lorca’, que llega este sábado al Teatro Zorrilla de Valladolid, cuando en noviembre recaló en La Abadía, en la capital madrileña. No obstante, no es la primera vez que trabaja con el actor leonés, ya que fueron compañeros hace tiempo en ‘Elling’. De su mano a mano dice que disfrutó incluso durante el proceso de creación: «¡Fue muy divertido!». Una tarea que continúa porque, bolo tras bolo, «seguimos cambiándolo»: «No repetimos ninguna función; en todas el ritmo es diferente. Depende de como estamos nosotros, pero también de la reacción del público». De ello también tiene mucha ‘culpa’ la música. El piano acompaña al narrador, al poeta, al actor; pero a veces es al contrario, es la voz la compañera del piano: «Es un montaje muy vivo».

Defiende este pianista de origen ucraniano que Lorca es más necesario que nunca en estos tiempos que corren: su humanidad, sus ansias de libertad en un contexto difícil...: «Es un espectáculo bastante actual», considera Studyonov, quien reconoce que «inevitablemente» se cuela en el montaje la invasión rusa de su país para denunciar los horrores de la guerra. Aunque lleva más de dos décadas asentado en España, a donde llegó para terminar de formarse, confiesa que estos días le es «difícil» abstraerse en el escenario de la situación «absolutamente injusta» que vive su Ucrania natal, aunque sabe que es su profesión y que como intérprete debe hacer que «el público disfrute».

Atento a la actualidad de su país junto a su mujer, la también pianista Tatiana Studyonova, con la que se intercala en el montaje de Carmelo Gómez, destaca el papel que está teniendo la cultura en la guerra, con iniciativas como la impulsada por la Orquesta Nacional de Kiev que, desafiando a las bombas, sale a la calle para tocar: «Muchas veces, la música te permite sacar sentimientos que no te dejan las palabras», sostiene el pianista, formado también en musicoterapia, de la que le gustaría echar mano cuando tenga oportunidad para ayudar a cicatrizar las heridas que la contienda está dejando en sus compatriotas. Impulsor ya de algún concierto benéfico, dice sentirse «muy identificado con su dolor»: «Cuando ves las caras de la gente, esos barrios por los que paseabas destruidos... Es una sensación indescriptible. No sabes si llorar o ir allí y ayudar de alguna manera. Es horrible lo que está pasando».

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