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Diez consejos para evitar sustos en las compras «on line»
El Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) ofrece una serie de pautas para evitar timos y riesgos financieros en el comercio virtual
En poco tiempo internet ha supuesto una gran revolución y ha abierto a los consumidores un amplio abanico de posibilidades. Si hace 15 años a casi nadie se le pasaba por la cabeza realizar sus compras navideñas online, actualmente este medio es cada vez más utilizado, pese a que desde el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe), con sede en León , advierten de que existe todavía cierto nivel de desconfianza hacia el comercio virtual.
Acciones de mercadotecnia, rebajas en los precios, la comodidad que supone comprar desde el sofá y recibir los artículos en casa o diferentes campañas para el impulso de esta forma de consumo han conseguido su objetivo: que cada vez más gente haga sus compras ordenador en mano. Por ello, desde Incibe insisten en la importancia de que todas estas operaciones se hagan con cabeza, tomando precauciones para que la experiencia sea favorable.
1) Entre los consejos que se ofrecen al comprador se encuentra el de utilizar una red segura , realizar la operación desde un dispositivo actualizado y protegido, verificar que en la dirección de la web existe el «https» o el uso de teclados virtuales al introducir datos bancarios siempre que esto sea posible.
2) Además, piden a los usuarios que se fijen en una serie de datos que pueden advertirles de que el lugar en el que quieren comprar no es fiable. Así, señalan que la tienda en la que se quiere realizar la transacción ha de facilitar cierta información en la web sobre sí misma, sobre los datos personales que recoge y el uso que hace de ellos, sobre las formas de pago aceptadas, sobre cuál es su política de envío y devolución y, en algún caso, además, existen tiendas online que disponen de «sellos de confianza» que garantizan que esa web cumple con unos requisitos de seguridad establecidos por las organizaciones que los acreditan.
3) Lo que más teme el comprador online es que su información bancaria caiga en malas manos y que pueda utilizarse por un tercero para el robo de dinero o para hacer compras bajo su nombre. Para evitarlo se deben seguir los consejos anteriores y, sobre todo, estar atento a los medios de pago que ofrece la página consultada. En principio, se ve como recomendable que la tienda ofrezca varias posibilidades para abonar el precio del producto . «El hecho de que una tienda facilite pagar por medio de tarjeta de crédito, un intermediario como por ejemplo PayPal o a contra reembolso es un síntoma de que la tienda es legítima», subrayan desde Incibe.
4) Además, en el caso de decantarse por el pago con tarjeta debe verificarse que la pasarela de pago corresponde a una entidad financiera conocida y que el certificado digital corresponde con ella. «Dar los datos de nuestra tarjeta de crédito a un extraño, es darle la posibilidad de usarla en alguna actividad ilegal», añaden. Además, si nuestra entidad financiera nos lo permite, podemos asegurar los pagos mediante la inclusión de un PIN de seguridad adicional que debemos introducir cada vez que realizamos una compra.
«Dar los datos de nuestra tarjeta de crédito a un extraño, es darle la posibilidad de usarla en alguna actividad ilegal»
5) Otros métodos como PayPal o el pago contra reembolso son, a priori, una garantía porque el vendedor no tiene acceso a la información bancaria del que compra y, en el segundo, además, no paga hasta que recibe el producto, aunque en estos casos esta opción vaya asociada a un incremento del precio que conviene valorar.
6) Como ayuda para conocer si el lugar en el que se va a hacer la compra es legítimo o no y para evitar que futuras reclamaciones puedan caer en saco roto también se recomienda buscar información de la tienda y comentarios de otros usuarios en Google ; desconfiar si el precio de un producto es anormalmente bajo o si las imágenes de la web son de mala calidad; guardar la factura y revisar la información completa sobre el pedido y el producto que se debe facilitar.
7) Para los productos de segunda mano o coleccionismo también se apuntan una serie de señales que deberían hacer sospechar al posible comprador. Como en el caso de los artículos en general, si el precio es extremadamente bajo podría ser una señal de alerta , también si el vendedor sólo ha puesto como contacto un correo o un teléfono que nunca responde o que está desconectado o si no permite efectuar la compra en mano.
8) Como protección adicional se puede buscar información del vendedor y algunos portales cuentan con datos sobre la reputación del que hace la venta que pueden servir de referencia. Además, desde Incibe señalan que nunca tenemos que aceptar enviar dinero por medio de una forma de pago anónima como Western Union, MoneyGram o el giro inmediato de Correos, así como realizar transferencias a cuentas de bancos extranjeros.
9) En todo proceso de compra a través de internet se genera un flujo de información entre las partes que intervienen en el proceso. Para proteger esta información , se debe asegurar todo el proceso de compra y atender a cuatro factores como son la seguridad de los servidores web -donde se aloja físicamente la tienda online, donde el cliente va a realizar el proceso de compra y donde, en algunos casos, se va a almacenar toda su información personal y de facturación-; la seguridad en las comunicaciones sobre las que se realiza la transacción comercial, ya que pueden ser fácilmente interceptadas y manipuladas; la seguridad en el pago -que preocupa mucho tanto a clientes como a los comercios online y que puede afectar a la reputación online del negocio-; y, por último, la seguridad legal.
10)Toda tienda online, está sujeta al cumplimiento legal y, en especial, debe cumplir con la legislación relativa a la protección de la privacidad y los derechos de los ciudadanos como compradores. Los clientes están mejor protegidos en tiendas legales, y cada vez están más preparados para reconocerlo y exigirlo. Las dos principales leyes que hay que tener en cuenta son: La Ley Orgánica de Protección de Datos o LOPD, que vela por la seguridad de los datos personales y que se gestionan en la empresa, ya sea en formato electrónico o papel; y la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico o LSSI, que ofrece garantías de seguridad en el comercio electrónico y transacciones online. «Solo asegurando la información y las transacciones durante el proceso de compra, generaremos confianza entre nuestros clientes», concluyen desde Incibe.
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