Artes&Letras / Exposición

Dibujantas: el trazo femenino rescatado del olvido

El Museo ABC recala en el Etnográfico de Zamora con una muestra colectiva que saca a la luz

La exposición reúne más de 130 obras M. ÁLVAREZ

H. DIAZ

En 1926, el ilustre médico, intelectual y científico Gregorio Marañón escribía en uno de sus artículos que las artistas, intelectuales y, en definitiva, aquellas mujeres con algo que decir en el mundo de la cultura, lo eran debido a que tenían un «lado masculino» y era precisamente ese «perfil» lo que les permitía ser «buenas e importantes, sin que la exaltación les impidiera ser unas muy femeninas mujeres de su casa». El parecer del madrileño era rescatado por la historiadora de arte Josefina Alix, una de las comisarias de la exposición «Dibujantas. Pioneras de la ilustración», para resumir con estas reveladoras palabras el ambiente en el que tuvieron que desenvolverse las artistas reunidas en esta muestra realizada a partir de una selección de fondos del Museo ABC. Tras estrenarse en Madrid, en su propia sede, las 134 obras que la conforman, ilustraciones que en su día fueron publicadas en el propio diario y en el semanario Blanco y Negro, nacido en 1891, recalan en su primera parada fuera de la capital en Zamora, en el Museo Etnográfico de Castilla y León, un centro indaga en la memoria de los castellano y leoneses para proyectarla al futuro. Y es precisamente lo que pretende también esta exhibición reunida en la coqueta sala de exposiciones temporales del museo, recuperar la memoria de 42 artistas del dibujo que gracias a la calidad de sus trabajos brillaron con luz propia en un mundo en aquel entonces de hombres.

La muestra toma prestado s u nombre del «I Salón de Dibujantas» , una cita que acogió en 1931 el Lyceum Club Femenino, que se convertiría más tarde en sede de las iniciativas de la Sección Femenina, y es el resultado de una ardua labor investigadora, casi arqueológica, de la ya mencionada Josefina Alix y de su compañera Marta González, que tuvieron que armarse de paciencia e indagar en bibliotecas, hemerotecas, archivos familiares e institucionales para reconstruir la vida de estas artistas y sus aportaciones a la ilustración contemporánea.

El recorrido de la exhibición sigue un hilo temporal «porque entendimos que era el más lógico» y arranca en los albores del siglo XX de la mano de ilustradoras como la enigmática Madame Gironella, «una mujer con gran fuerza y calidad» perteneciente a una aristocrática familia francesa. A sus delicadas escenas costumbristas se suman la exaltación heroica de lo femenino de los dibujos de Ceferina de Luque, o la actualización de temas clásicos del casticismo que emprende Maroussia Valero.

Estas creadoras bebieron, y mucho, de las tendencias artísticas del momento, «atmósferas» que eran contagiadas, recuerda Marta González, a través de «lecturas, la decoración, el país de al lado...». Y así, al pintoresquismo costumbrista le suceden los trabajos que representan la gran transformación a la modernidad, que abarca influencias desde el cubismo al art decó, con interferencias también del surrealismo.

Temática

Aunque no puede decirse que hubiera una temática masculina y femenina, de esta exhibición se deduce que mientras el tema político y comentario de actualidad estaban reservado a los hombres, ellas se dedicaban más a ilustrar las novelas por entregas o los relatos que aparecían en el suplemento infantil Gente Menuda. «También hacían una publicidad muy atrevida, pero muy fina, e incluso deporte, representando a las mujeres avanzadas que montaban a caballo, jugaban al golf...». Piti Bartolozzi, Vieira Sparza, Maruja Mallo o Matilde Ras, introductora de la grafología en España, son algunas de las firmas reunidas, pero quizá la más prolífica de la época fuera Ángeles Torner Cervera (A.T.C.), de la que se pueden ver originales composiciones para la mencionada publicación infantil, algunas impensables en la actualidad, como aquella en la que ilustra a los más pequeños contemplando un espectáculo taurino junto a sus familias. De su amplia colaboración con ABC, que se extendería desde 1933 hasta 1957, recuerda Marta González que tenía envíos «prácticamente diarios, pese a que no vivía en Madrid sino en Zarautz».

No obstante, a pesar de esa abundante colaboración la historiadora no cree que Torner, al igual que otras muchas compañeras, pudiera vivir de ello. Muchas procedían de familias acomodadas, y aquellas que intentaron abrirse camino como pudieron en el mundo del arte optaron por el teatro, la revista y la zarzuela, donde eran muy reclamadas como figurinistas.

Caso excepcional es el de la gran artista natural de Toro Delhy Tejero, «una mujer completa» en el campo artístico, apunta. Fue creativa y una apasionada de su trabajo, pero si en algo destacó fue en su «independencia». Al respecto, Marta González recuerda el personal realismo de su primera época, así como sus posteriores ilustraciones llenas de fantasía.

Algunas de las obras de la toresana Deñhy Tejero que pueden verse en la exposición M. ÁLVAREZ

Tras el periodo boyante anterior a 1939, la exhibición se adentra en los difíciles años cincuenta y sesenta de la posguerra, con firmas como Xelia, cuyos trabajos nacen de un maridaje entre la fotografía y el cartel cinematográfico al más puro estilo de la cartelería hollywoodiense en su época dorada. Destaca también Coti, que desarrolla al máximo su faceta de figurinista a partir de las colecciones de los modistos de París.

El punto y final a la exposición lo ponen un par de vitrinas que albergan trabajos realizados a partir de los sesenta, y donde entre otras obras conviven las piezas abstractas de Isabel Uceda con los trabajos de la más joven de las creadoras reunidas, Mar Ferrero, que ya incorporan técnicas digitales. Es precisamente en esta última donde se observa un cambio profundo en cuanto a la técnica se refiere, y es que la introducción del ordenador respecto al resultado, sino a su relación con el mundo.

Coinciden las comisarias en que más allá de las ilustraciones, el mayor valor de la exposición respaldada por la Fundación La Caixa radica en haber sacado a la luz las trayectorias de extraordinarias artistas de las que sólo se conocía su nombre y apellido, y a veces ni siquiera eso. Indagar en ello es lo que se perseguirá también con el ciclo de conferencias organizadas en torno a la exhibición entre noviembre y enero.

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