Luis Jaramillo - Pasaba por allí...
Debate lo que se dice debate no hubo
«Lo más fácil sería echar la culpa al encorsetamiento de las normas que tienen este tipo de citas, pero la realidad es que la rigidez la impusieron los cuatro candidatos»

No hay mucha experiencia en debates electorales en esta Comunidad. Hay dos previstos porque lo impone una ley y por lo que se vio ayer no hay muchas ganas de arriesgar. Tan solo quedó claro que el muy combativo Francisco Igea, candidato de Ciudadanos, tiene diferencias muy evidentes con el PP a pesar de que en el momento más vivo del debate y a interpelación de Alfonso Fernández Mañueco no quiso desvelar si pactaría con el PSOE tras las elecciones amparándose en el consabido «nosotros salimos a ganar».
Debate, lo que se dice debate, no hubo mucho en la tarde de ayer. Si acaso una confrontación de propuestas, proyectos y opiniones entre los candidatos. Lo más fácil sería echar la culpa a la rigidez de las normas que tienen este tipo de citas, pero la realidad es que en esta ocasión esa rigidez se la impusieron los cuatro candidatos, que optaron por una prudencia extrema en la que se respetaron en los turnos al máximo y apenas en un par de ocasiones se interrumpieron o se interpelaron, lo que fue definitivo a la hora de restar viveza al encuentro.
Ayer los candidatos de PP, PSOE, Cs y Podemos expusieron sus propuestas en materias como la despoblación, el empleo, la política fiscal y la regeneración. Cumplieron con sus afirmaciones previas de que hablarían de sus respectivos planes, porque a lo largo de las casi dos horas de debate se vertieron numerosas propuestas electorales. En materia de despoblación hay discrepancia en la causa, todos miran al Partido Popular, pero más acuerdo del que parece en las recetas, lo que abre la puerta a posibles acuerdos en las Cortes a lo largo de la legislatura.
Muy diferente es el panorama en materia fiscal, donde el Partido Popular de Mañueco y Ciudadanos tienen sus mayores coincidencias en la bajada de impuestos y la supresión del de sucesiones, mientras los partidos de izquierda están en un mayor gasto público y por tanto subida de impuestos.
Alfonso Fernández Mañueco como candidato del PP, partido que viene gobernando Castilla y León desde hace más de 30 años, fue el destinatario de los mayores ataques. Todos los dardos iban contra él. Sin embargo eso no le inmuto. Fue a lo suyo, a desgranar su programa electoral, pero no renunció a proclamar lo alejados que los gobiernos socialistas han estado de Castilla y León.
Luis Tudanca, que no se llegó a encontrar cómodo en muchas fases del debate, se esforzó en emplear un tono tranquilo, tal y como viene haciendo en las campañas electorales, pero mantuvo un discurso duro sobre los 30 años de gobierno popular, al que considera el causante de todos los males.
Pablo Fernández avisó que desde Podemos Equo iba a hacer propuestas y lo hizo desde el primer momento, aunque no faltaron sus habituales chascarrillos a los que tan acostumbrados nos tiene en los plenos de las Cortes de Castilla y León.
Por su parte Francisco Igea, el candidato de Ciudadanos, fue el más agresivo, el que empleo más recursos visuales y el más duro con el PP. Parece que tiene muy claro quién es su adversario.
Buena realización
El calor reinante en el exterior del auditorio de la Feria de Muestras contrastaba con el ambiente frío del mismo, vacío, sin gente, solo los técnicos, los tres asesores por candidato, las presentadoras de Rtvcyl y los cronometradores.
Si por algo pasará a la historia el debate de ayer fue por la cortesía de los contendientes, que renunciaron a quitarse la palabra, preguntar y repreguntar y en suma, a generar un verdadero debate. Justo es reconocer el trabajo del equipo de Televisión Castilla y León en la organización de este primer encuentro autonómico de cara a las elecciones del 26 de mayo, con un escenario moderno una adecuada realización y facilitando el trabajo de todos los medios en un tipo de cita a la que no estamos acostumbrados.