San Valentín electoral

Los nervios de la jornada de reflexión y las interminables horas en la sedes de populares y socialistas en la jornada electoral han terminado en Castilla y León. El PP de Mañueco ha ganado, de nuevo, las elecciones y el PSOE de Tudanca ha perdido. Los castellanos y leoneses, mientras tanto, nos enfrentamos a un nuevo tiempo en el que nadie sabe lo que va a suceder con la más que posible entrada de Vox en el Gobierno.

Nadie sabe lo que va a suceder porque los de Abascal aprovecharán sus resultados para pisar moqueta pero todavía sin saber si todo continuará igual o entrarán con el programa electoral en la mano y devolverán competencias al Estado o renunciarán a las ayudas europeas de la PAC para cumplir con su euroescepticismo. La verdad es que el escenario no cambia mucho con respecto a aquel día en el que Ciudadanos ocupó gobiernos en las diputaciones y tampoco las cerró pese a llevarlo en el programa electoral. Hay cosas que se lleva el viento.

Populares y Socialistas han vuelto a confirmar que sus victorias no sirven para proponernos liberalismo o socialdemocracia sino que, como lentes de aumento, se utilizan para sobredimensionar a esos populistas que durante la campaña electoral consideran demonios. Pedro Sánchez decía que no dormiría tranquilo con Iglesias en el gobierno y Casado que los de Abascal eran «furia y ruido». Lo que pasó antes y lo que parece que va a pasar ahora ya lo saben ustedes.

Las minorías -porque Podemos y Vox son minorías- tienen todo el derecho a hacer oír su voz y a proponer políticas por muy estrambóticas o excluyentes que sean. Las mayorías - porque PP y PSOE son mayorías- tienen el mismo derecho pero, además, tienen la obligación de evitar que unos pocos nos impongan a todos sus disparates. Si quieren dormir tranquilos o evitar que todo sea furia y ruido lo tienen muy fácil, pacten entre ustedes. Además, si se dan cuenta, en Castilla y León y en España las soflamas de los líderes siempre cargan contra Sánchez por gobernar con filoetarras y contra Casado por dar pábulo a la extrema derecha. Es una lástima que hoy, día de San Valentín, PP y PSOE no sean capaces de darse una oportunidad en el amor y sigan prefiriendo que los demás pasemos las noches en vela con el ruido y la furia en las instituciones.