David Frontela - Vía Pulchritudinis
Radio Macuto
«Las «radios macuto» se han atrincherado en gobiernos, empresas, partidos, sindicatos…. y, lo que es peor, se han convertido en propagadores directos de desinformación...»
Mi pandilla del pueblo perpetró hace treinta años una de esas trastadas que no por infantil fue menos importante. No voy a desvelar en qué consistió la gamberrada porque lo más paradójico es que aún nadie sabe que los protagonistas fuimos nosotros, aquellos chiguitos de caritas angelicales. Si haber mantenido el secreto ya sería motivo de orgullo para los protagonistas lo es más que nadie conozca aún la autoría del suceso pese a que hubo quien lo vio con sus propios ojos. El caso es que ningún testigo atesoraba la suficiente credibilidad como para que su historia fuera creída por el resto del pueblo.
En los años 80 en Tierra de Campos no habían inventado las «Noticias falsas» ni las «fake», pero entonces existía un sambenito que te quitaba la credibilidad de por vida y era que te apodaran «Radio Macuto». Hoy, treinta años después, con una terminología o con otra, seguimos en las mismas pero con peores consecuencias.
Las «radios macuto» se han atrincherado en gobiernos, empresas, partidos, sindicatos…. y, lo que es peor, se han convertido en propagadores directos de desinformación, de Noticias Falsas o de aquellas «cien paridas por minuto» sin ruborizarse porque «todo vale» y, además, no tiene consecuencias. Aunque les pillen con el carrito de los helados nos quedamos tan anchos e, incluso, exclamamos admirados; ¡qué listo es ese tipo!. Como si para mandar hubiera que ser malo. Mientras tanto, la prensa intenta sobrevivir y se mimetiza con esas redes sociales en las que la gente cree pese a ser la plataforma de bulos increíbles.
Antes los analfabetos de libro lo eran porque no sabían leer y escribir, después apareció la versión digital reservada a quienes no manejaban la tecnología y hoy deberíamos acuñar al analfabeto de la verdad que, aún pudiendo, no quiere ver la realidad porque la mentira que tiene ante tus ojos es más cómoda y, además, sopla a favor. En vez del Parte lo dicen las redes.
Hacen falta tanto periodistas como lectores dispuestos a buscar la verdad aunque no siempre se encuentre. Yo me alegro de que nadie creyera a la radio macuto de mi pueblo pero me aterra que hoy aquella pudiera contar cualquier mentira y la gente la creyera.