David Frontela - VÍA PULCHRITUDINIS

Pactos y esperanzas

«Esta tierra ha dado ejemplo de responsabilidad sin necesidad de alharacas y fuegos de artificio. Somos así, un poco sosos y muy cumplidores»

David Frontela

Castilla y León ha sido una de las primeras comunidades en dar ejemplo con la firma de un pacto por la recuperación postcovid. Una abrumadora mayoría del arco parlamentario de la región respalda las 86 medidas del acuerdo y los 1.000 millones de euros necesarios para financiarlas. Hemos de estar orgullosos de esta decisión que supone devolver el debate político a unos cauces que nunca debiera haber abandonado y dejar atrás esa crispación que casi nadie entiende pero que agranda la brecha no sólo entre las formaciones políticas sino entre todos los españoles.

Ese primer reconocimiento al diálogo y al acuerdo basado en la cesión de posturas hasta ahora inamovibles en Castilla y León es fruto de «lo que teníamos que hacer» y no se ha convertido en un paradigma chovinista de lo buenos que somos aquí como desgraciadamente estamos acostumbrados a contemplar en latitudes no muy lejanas. Esta tierra ha dado ejemplo de responsabilidad sin necesidad de alharacas y fuegos de artificio. Somos así, un poco sosos y muy cumplidores. Ahora vendrá quien nos gane por la mano montando una bronca y llenando el ciberespacio de estupideces que se convierten en tendencia. Qué le vamos a hacer…..

El acuerdo además nos va a permitir por fin ejercer nuestros derechos como ciudadanos. Decir si la bronca era culpa de los unos o de los otros era tan difícil como decantar tu preferencia por un hijo en lugar de por otro. Ahora, sin embargo, los castellanos y leoneses orgullosos del acuerdo de sus representantes podremos ensalzar, denostar y hasta cambiar el sentido de nuestro voto si la medida «x» o «y» es buena o mala. Sin conocer cómo se van a ejecutar es difícil hacer esa valoración porque decir «mejorar la sanidad», «subir las becas», «aumentar las plazas en residencias», «suavizar la presión fiscal» o «apostar por el medio rural» son medidas tan necesarias que a lo mejor y sólo lo mejor no había hecho falta una pandemia para darse cuenta de su bondad. Porque no podemos olvidar que esas millonadas de las que hablan con tanta facilidad siguen siendo las mismas que antes y ya saben que con el dinero pasa lo mismo que con las gallinas; las que entran por las que salen.

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