Antonio Piedra - NO SOMOS NADIE

Nos darán las uvas

«El juego está bien claro. Los golpistas dan un golpe, y lo retiran. Rajoy recuerda que la ley existe y que fuera de ella no hay democracia, pero no la cumple»

Antonio Piedra

Pensábamos que el martes llegaría la declaración de independencia catalana al estilo Shakespeare. Pues no. Acabó en sainete de Muñoz Seca. Un respeto por don Pedro, porque este sainete -el que representan Puigdemont, Rajoy, y el resto de políticos que se han declarado, desde el jueves 5, en reformadores de la Patria- tiene todas las pintas de insoportable, pesadísimo, farragoso, sobón e intolerable. Razón: los políticos, que quieren seguir cobrando a fin de mes durante mucho tiempo, han decidido alargar el sainete hasta que nos den las uvas . Por lo menos durante cuatro años más.

Una pesadez al cubo que, directamente, nos lleva del tanatorio -aquí no hay independencia ni deja de haberla- hasta la resurrección de los muertos porque con estos políticos estamos en las mejores manos. Todos los días esperando que aquí pase algo de verdad -un referéndum, una independencia, un golpe, un contragolpe, una detención, una justicia o una claridad-, pero de esto la puntita y nada más hasta que la bolsa diga ya. Sólo cobra sentido el sainete interminable bajo una apariencia de partida de ajedrez. Tal cual. Como si no supiéramos lo que decía Unamuno a este respecto: que «el ajedrez procura una suerte de inteligencia que sirve únicamente para jugar al ajedrez».

El juego está bien claro. Los golpistas dan un golpe, y lo retiran. Rajoy recuerda que la ley existe y que fuera de ella no hay democracia, pero no la cumple. Los políticos -sobre todo los que no creen en la democracia- sólo repiten el mantra de los derechos humanos: que no haya heridos ni infartados ni capsulitis ni traumas psicológicos ni muertes. Pero claro que hay heridos, traumas y montones de muertos por aburrimiento, por la inexistencia de la ley, por la insensibilidad de los políticos frente a la totalidad de los españoles, y por el cachondeo saineter o de esos políticos que, de repente, se vuelven defensores de la res pública por motivos terapéuticos cundo en realidad sólo les interesa la salud y el culo de sus gallitos y de sus gallinas.

Rajoy tiene una virtud sobre estos políticos que practican el diálogo y la interlocución cual el sexo entre vegetarianos: que los duerme a todos, los agota, y los mata por aburrimiento. No lo dice, pero lo piensa: a mí, guapines, a pesado no me gana nadie. Así que esto se ha convertido en una pelea de ajedrez entre un zombi y un aburrido. Ninguno mueve ficha. Mientras, como se hizo el jueves, los españoles se desgañitan para que termine esta farsa. Lo peor llegará con la reforma de la Constitución. Para entonces Rajoy habrá superado el trauma de la muerte de Platero en directo, y habrá tomado cariño, como escribe Juan Ramón, al «Platero de cartón». De tal manera será así que el borrico de cartón ya nos parecerá «más Platero que tú mismo, Platero». En suma, jarana y desvergüenza subvencionadas.

Nos darán las uvas

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