Teatro
Daniel Guzmán: «Disfruto mucho combinando mi trabajo como director, guionista y actor»
El último trabajo teatral del intérprete madrileño, «Dos más dos», recala en el Carrión de Valladolid tras arrasar en el madrileño teatro de La Latina
Después de ganar el Goya como mejor director novel en 2015, Daniel Guzmán (Madrid, 1974) ha centrado su carrera en el teatro. Desde este jueves recala en el Teatro Carrión de Valladolid, con motivo de las Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo para presentar «Dos más dos», una comedia donde el intercambio de pareja será el «late motiv» sobre el escenario. La representación, también a cargo de Miren Ibarguren, Alex Barahona y Kira Miró, llega tras arrasar en el Teatro de la Latina de Madrid .
¿Que pensó al leer el guión por primera vez?
Que era una función para disfrutar, pensé que la historia podía conectar muy bien con el espectador. La trama, las situaciones, los diálogos... Vi un personaje que tenía muchas posibilidades para desarrollar en el escenario.
Da vida a Adrián, ¿cómo es su personaje?
Adrián es un arquitecto de cierto prestigio, casado desde hace 17 años. Es muy familiar y apasionado con su trabajo. En cierta manera vive en su zona de confort. Su vida personal y profesional funciona bien hasta que su pareja y sus amigos le proponen hacer un intercambio de parejas. A partir de ahí, tendrá que enfrentarse a sus miedos, al conflicto del cambio de modelo de la pareja tradicional y se debatirá entre llevarlo a cabo o poner fin a su matrimonio.
La obra está basada en una película del año 2012, ¿se inspiró algo en aquella adaptación para dar vida a su personaje?
Decidí primero componer el personaje que ofrecía la función y ver la película después. Elegí llevar a cabo el trabajo desde un lugar totalmente limpio para que la película no influyese en mi trabajo intentando que el guión fuera el centro del trabajo.
¿Cuánto tiene Adrián de Daniel Guzmán?
Quizá la ingenuidad, las contradiciones, la inocencia, la ironía, el sentido del humor...
¿Qué ha sido lo más difícil a la hora de interpretar a su personaje?
El nivel de energía que requiere el personaje en todo momento. Su angustia se traduce en acción. Cuanto peor lo pasa Adrián mejor lo pasa el público y eso requiere un nivel de exigencia y entrega muy alto. Es una función que requiere muchísimo compromiso. Una vez que empieza, no te puedes bajar de un tren que va a toda velocidad. Sientes la responsabilidad de pivotar con todo lo que sucede alrededor. Es un personaje con el que me divierto mucho pero que requiere muchísimo esfuerzo, entre otras cosas, por la respuesta del público, cuanto más te da, más tienes que dar tú.
¿Esta obra le ha cambiado el modo de ver una relación?
Me ha dado otros puntos de vista, otra manera de ver y comprender diferentes tipos de relaciones, de entenderlas y de observar como está evolucionando el ser humano respecto a las relaciones de pareja.
¿Cómo afectó el cambio en el papel de Silvia, de María Castro a Kira Miró?
Las sustituciones son parte del trabajo, hay que adaptarse de forma natural y orgánica e intentar verlas de manera positiva. Es una oportunidad de cambio, un cambio de ciclo que debe sumar al proyecto.
Dicen que el público valisoletano es difícil, ¿considera esto una leyenda para poner nervioso a los actores?
No sé si será una leyenda. En anteriores montajes en los que he participado, el recibimiento por parte del público vallisoletano siempre ha sido cálido. No sé si ha sido suerte o efectivamente, es una leyenda...
Hablando de nervios, ¿trabajar con compañeros como Mirem Ibarguren, Kira Miró y Alex Barahona hace que se pasen mas rápido?
La verdad es que en esta función desde el principio he sentido responsabilidad pero no nervios. Quizá por el tipo de personaje, de montaje y por mis compañeros siempre he intentado disfrutar en cada función y los nervios no han aparecido, generalmente.
En 2015 ganó el Goya por mejor director novel por «A cambio de nada», ¿ha pensado en volver al cine como director?
Sí, estoy en ello. En estos momentos, estoy terminando el guión de mi próxima película que espero poder rodar a mediados del año que viene. Disfruto mucho combinando mi trabajo como director, guionista y actor. Es una suerte poder llevarlo a cabo.
¿Y a la televisión como actor?
Por supuesto, depende del proyecto y del personaje. El ritmo de la televisión es complicado porque afecta al resultado. Cuando el proyecto está bien cuidado y es muy interesante es un medio que tiene cosas muy buenas pero que también desgasta mucho. Cuando no, si eres riguroso con tu trabajo y con el resultado, a veces, puede resultar difícil. Lo importante es tener tiempo de preparación, porque el ritmo de grabación, a veces, suele complicar el proceso.