José Gabriel Antuñano - El callejón del gato
Cultura sin cambio
«El sainete de la Seminci es el ejemplo más claro de improvisación y de remover todo para no cambiar nada»
Las elecciones del próximo domingo han ocultado la venta de los logros del cambio del nuevo consistorio socialista y sus confluencias en Valladolid. Lo han intentado pero, si el análisis se detiene en el plano cultural, estos doce meses resultan sencillamente decepcionantes. Alegarán que se encontraron con la programación cultural ya fijada y que han democratizado el ocio con el traslado de actividades de divertimento a los barrios (festejos no cultura). Bueno, pero a los cargos públicos se llega con la lección aprendida y en materia cultural con el discurso ya construido para implantarlo al ritmo que exijan las circunstancias. El año inaugural en materia de cultura ha sido pobre: más de lo mismo, un inexistente discurso, sin decisiones de calado que afecten al futuro y sin concreción en un modelo cultural para Valladolid.
El sainete de la Seminci es el ejemplo más claro de improvisación y de remover todo para no cambiar nada. Con el agravante además de que la reelección de Angulo salió con el voto en contra o la abstención de los aliados de gobierno, con el apoyo de los populares (en el consistorio no saben ni por dónde les da el aire) y con carácter de provisionalidad, según las declaraciones del portavoz socialista que sustituyó a Redondo, ese día ausente. De regreso al necesario discurso cultural se echan en falta apuestas decididas por sectores de la cultura, por la integración de los ciudadanos en el tejido cultural para dinamizar desde las bibliotecas o museos hasta manifestaciones culturales relacionadas con las artes vivas. Más allá de un cambio de cromos, se echan en falta contenidos y me temo que con el centenario de Zorrilla en puertas quedemos ahítos del poeta y dramaturgo de Pucela.