Cuestión de imagen

Que el sector de la automoción es muy importante en España es un hecho y en Castilla y León mucho más, porque constituye un pilar industrial básico que no sólo se fundamenta en la construcción de vehículos, sino en la industria auxiliar que la acompaña. Además en un sosten importante de la autoestima del sector industrial de la Comunidad con empresas punteras como Renault, que esta semana ha visitado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Es positivo que anuncie una «estrategia de país» para el sector que lo apuntale, aunque es un poco contradictorio con la guerra que el Gobierno tiene montada con los vehículos diésel, sin duda como concesión ecologista en ese equilibrio inestable que le permite mantenerse en el poder.

Sánchez se ciñó estrictamente al guión y sólo habló del sector del automóvil porque de otros temas no hubo declaraciones. Nada escuchamos hablar sobre proyectos pendientes en la Comunidad con el uso del automóvil, la construcción de autovías o el relanzamiento de obras que permanecen estancadas. Ni la había, ni la hay, porque con la cantidad de hipotecas que este Gobierno tiene para mantenerse en pie, cuesta pensar que Castilla y León pueda salir beneficiada de un ajustado reparto que si finalmente hay presupuestos.

Castilla y León jamás ha hecho ruido y eso lo viene pagando en términos de atención prioritaria y cuando puede sacar la cabeza, lo hace con timidez. El episodio de las declaraciones de Tejerina sobre los acreditados resultados del sistema educativo en nuestra Comunidad en comparación con Andalucía es fiel reflejo del trampantojo de la política española. Una verdad que puede que sea políticamente incorrecta, pero que no empaña una realidad tangible que reflejan los estudios más prestigiosos. Pero hoy en la política lo importante es lo que se aparenta y no lo que de verdad sucede.