Cuesta abajo

Simple constatación. Tras el consejo de Ministros después de Reyes, los castellano y leoneses sabemos algo definitivo con la magistral intervención del diputado cunero por Palencia: que la elocuencia no es el plato fuerte del señor Méndez de Vigo . Qué le vamos a hacer, pero «de la abundancia del corazón habla la boca», se dice en Mateo XII, 34. Esto va cuesta abajo . Algunos venimos advirtiendo el comportamiento suicida del PP manteniendo como portavoz a un señor que vive de la gola. Gola viene del latín «gula», que significa garganta, y que en español se dice de la armadura que protege la garganta, o como dicen en Colombia en sentido peyorativo, el cerco de plumas de un gallo.

Y eso es lo que parece el señor Méndez de Vigo cada vez que abre el pico: un gallo que, en cuanto habla, se despluma por la gola, por el empaque que rezuma, por la retórica engreída , por la gestualidad en masa de un cuerpo sumergido que -según Arquímides- experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso que desaloja, por la pinta de obispo reciclado del XIX, y por la anormalidad informativa que ha dejado de interesar a los españoles. Por todo esto, y más, el deterioro de la imagen del portavoz es galopante . Con el diputado cunero por Palencia el precio de la gola se ha disparado por algo que advertía Virgilio en la Eneida: porque su voz no tiene el acento de los mortales, «nec mortale sonans».

Por esto mismo, cuando el viernes habló de Ciudadanos como «el partido ce ese», nadie lo entendió porque no habla con la normalidad de los mortales. Yo mismo parecía escuchar a mi admirada Pura del Prado, que en paz descanse, cuando un día, tocada por el genio, nos convocó en su casa de La Habana para despedirse, antes de emprender el destierro, con estas palabras magistrales: «Estoy en la miseria, sólo tengo caviar para ofreceros». Méndez de Vigo, a estas alturas de la aplicación del 155 , sacando la gola por todo lo que no ha hecho, dice lo mismo que Pura: estamos en la ruina, pero el PP somos «un gobierno animado». Textual.

Es cierto que los de Ciudadanos no son lumbreras, ni siquiera Ortega y Gasset. Son normales, democráticamente normales. Como en Ciudadanos no han robado, no gobiernan, no han desbloqueado las cuentas de los golpistas como hizo el Gobierno hace dos días, tienen la valentía de defender a España , saben quiénes son y señalan a los verdaderos enemigos de la democracia, no tienen los complejos del marianismo estructural que tira de nacionalismo y separatismo para seguir en el poder, no llaman al juez Llarena para echar una mano a los golpistas, y sobre todo no tienen gola y hablan como el resto de los mortales -un golpe contra la democracia es un golpe y hay que acabar con los golpistas por todos los medios-, pues no hacen más que engordar en las encuestas y lo que te rondaré morena. Fin del voto útil, y gola cuesta abajo.