Cuentas por el relator

La pasada semana Sánchez se ha hecho un poco más maduro con el intento frustrado de «bananización» de la democracia española: la sustitución del legislativo catalán por una tertulia de café con relator solo cabe en la cabeza de aquellos que utilizan las instituciones a su antojo, con desfachatez y desvergüenza. Por suerte para todos los españoles, la repulsa levantada le ha forzado a retirar la iniciativa y posiblemente a enterrar los presupuestos. Era una cesión más que, acaso, aboque a la convocatoria del superdomingo, nada bueno para la democracia. Siendo esto grave, lo que aquí importa es la reacción de los líderes del PSCL, Tudanca y Puente. Ninguno de los dos se han sentido cómodos, pero nada tajantes: el primero solicitó con tibieza la convocatoria del Consejo Territorial del PSOE y después intentó tapar las vergüenzas de su secretario general y amigo; el segundo, en su línea, haciéndole un quite a Sánchez y embarrando el campo para sembrar la bronca con PP y Cs.

Ambos deben explicaciones antes de las elecciones, porque estar con Sánchez en las cesiones a Cataluña conduce a situarse en contra de los ciudadanos de esta Comunidad. Basta con echar una ojeada al presupuesto para sentirse agraviado. Pero es preciso ahondar un poco más, y exigir respuestas concretas a interrogantes que se abren ante su actitud: ¿los habitantes de esta región son de una categoría inferior, susceptibles del ninguneo para hurtarles su opinión ante el referéndum que exigiría la autodeterminación? ¿La solidaridad territorial de las comunidades más ricas con las más pobres, de verdad, les da igual? ¿Creen que no debería existir la separación de poderes y dan por buena la supresión del legislativo en toda España? ¿de verdad creen que una hipotética independencia de Cataluña no incidiría en la despoblación de Castilla y León? Son estas algunas de las preguntas que exigen respuestas claras, porque callar es otorgar.