Crimen de Salamanca: disparos por la espalda tras recibir un ‘no’ en una terraza
Siguió varios minutos a tres amigos, mató al varón y dejó malherida a la mujer que le atraía
Una «discusión verbal poco significativa» provocó la reacción «absolutamente desmedida y absurda» del hombre que la madrugada del pasado domingo mató a un varón y dejó malherida a su acompañante tras dispararles por la espalda «y tratar de rematarles» cuando ambos yacían en el suelo. Minutos antes del fatal desenlace y según la investigación policial detallada ayer por la subdelegada del Gobierno, Encarnación Pérez, y el comisario Luis Jesús Esteban, el presunto asesino, un joven con un único antecedente penal por una pelea hace diez años pero de «carácter violento», se había fijado en tres amigos -dos mujeres y un varón- que tomaban algo en una terraza del barrio de Garrido en la capital charra. Se acercó hasta ellos y quiso entablar una conversación, centrado en las dos chicas, pero especialmente en Belén, la mujer a la que instantes después abatiría a quemarropa y que se debate aún entre la vida y la muerte.
Pese a que los tres amigos «rechazaron ese encuentro verbal», el individuo se animó a invitarles a unas copas que él mismo llevó hasta la mesa. Tras una disputa «sin ningún tipo de violencia», se levantaron y se fueron en dirección de la casa de la segunda mujer. Ya solos, José María, el técnico de rayos X de Ávila de 51 años que estaba a punto de ser asesinado, se dispuso a acompañar a Belén a su domicilio. Sin ser conscientes de ello, su verdugo, tras ver cómo se alejaban de la terraza y según varios testigos, se levantó e inició la macabra persecución. Según se pudo comprobar por las cámaras de seguridad, «primero les seguía a 50 o 60 metros para acortar luego la distancia hasta que en un momento dado sacó una pistola «de debajo de la camiseta» y les disparó en dos ocasiones primero a él y luego a ella para luego retirarse «tranquilamente», como destacó la subdelegada.
Para la detención del presunto asesino un día después en su domicilio de Salamanca, los investigadores contaron con un testigo presencial que proporcionó las características físicas y la vestimenta del sospechoso. Ya en la casa de este vigilante de seguridad encontraron cinco cartuchos cuya marca y modelo se correspondían con los casquillos hallados en el lugar del tiroteo. Otra persona situó al presunto asesino deshaciéndose de algunos efectos en un contenedor cercano. Tras identificar al camión que había recogido el recipiente, acudieron al Centro de Tratamiento de Residuos de Gomecello, donde encontrar un arma igual a la que buscaban y la camiseta que supuestamente llevaba puesta en el momento del crimen. Además, en el domicilio del sospechoso, que no tenía licencia de armas, hallaron «una colección de machetes y armas punzantes».