Creer en la ley

A los veintitrés años, Isabel la Católica acababa de ser proclamada en Segovia reina de Castilla, Velázquez ya había retratado a Felipe IV , Juan Belm onte revolucionaba el toreo con el axioma de «parar, templar y mandar» y la filóloga María Moliner ocupaba su primer destino como archivera en Simancas . A esa misma edad, la palentina Fátima Polvorosa ha aprobado las oposiciones a fiscal al obtener una de las cien plazas a las que concurrían 4.000 aspirantes. Por tanto, es preciso concluir que no toda la juventud anda descarriada, que hay perfiles distintos del nini y del alcornoque, capaces de esforzarse y trabajar disciplinadamente por conseguir un objetivo.

Licenciada en Derecho por la Universidad de Navarra, comenzó a opositar en septiembre de 2014. Pensaba que su sueño le llevaría cuatro años, pero en solo dos lo ha logrado tras superar el test inicial y dos exámenes orales sobre un total de 322 temas , comunes para jueces y fiscales. Fátima rompe el cliché del empollón, porque aclara que estudiaba ocho horas al día, cumpliendo el plan de su preparador. Había tiempo para el ocio por las tardes y los fines de semana. «Con una buena organización, se saca», asegura la brillante alumna, que debería explicar su método a todos los que siguen confundiendo presencia física en el puesto de trabajo durante horas con rendimiento y eficiencia.

Además de ejercitar la memoria a base de repetir y repetir, la futura representante del Ministerio Público destaca su papel en la persecución del delito y la defensa de las víctimas, de los ciudadanos desprotegidos que a veces tienen miedo a denunciar. A su juicio, el fiscal debe ser sensato y frío , para no dejarse condicionar por el caso o las personas. Tiene que creer en lo que hace y en la ley. Sin duda la mejor receta para no ser permeable a presiones de un superior o injerencias externas. Pues eso.