La falta de actividad quirúrgica por el Covid-19 hace caer los pacientes en listas de espera
La disminución de la demanda desde Primaria y las consultas no presenciales, detrás de una merma que se eleva al 13%
Más de 32.100 personas aguardan una operación, cuya demora media crece hasta los 161 días debido a la pandemia
La irrupción del coronavirus a mediados de marzo cambió completamente el funcionamiento de los hospitales de Castilla y León. Los recursos tuvieron que centrarse en servicios como la UVI y la UCI, que estuvieron al borde del colapso durante varias semanas, obligando a retrasar buena parte de la actividad asistencial programada y que no fuera urgente. Ocurrió también con las intervenciones quirúrgicas, que durante los meses de marzo, abril y mayo se redujeron en más de un 70 por ciento respecto al año anterior, recuperándose parcialmente ya durante junio, en el que esta disminución sólo fue de un 20 por ciento respecto al mismo periodo en circunstancias normales. Este hecho ha provocado que en el primer semestre del año la demora media se haya situado en 161 días frente a los 94 del ejercicio anterior.
A finales de 2019 la lista de espera no estructural, es decir, el registro al que se derivan los pacientes que por razones ajenas a la organización declinan una primera propuesta de intervención, se elevaba a 35.314 pacientes. Al concluir el primer semestre de este 2020 estos pacientes sumaban un total de 32.111 (un 9 por ciento más). Lo mismo ocurría con la llamada de lista de espera estructural, que ha pasado de 29.263 a 25.347, descendiendo el porcentaje de usuarios en algo más de un 13 por ciento. ¿Y a qué se debe esta importante reducción del número de pacientes si la actividad quirúrgica se limitaba a los casos de especial gravedad? «La pandemia Covid-19 ha provocado, al igual que en el área de consultas externas y técnicas diagnosticadas, una reducción de las entradas en lista de espera quirúrgica», explicaban ayer fuentes del Gobierno regional en un comunicado.
En el mismo destacaban, asimismo, que «a pesar de la sobrecarga asistencial ocasionada por el coronavirus, los datos actuales reflejan que el 99,9 por ciento de los pacientes de prioridad 1 son atendidos en menos de 30 días», cifra que mejora el porcentaje de 93,9 por ciento registrada en diciembre de 2019. Añadían también que el 36,6 por ciento de los casos de prioridad 2 presentan una demora de más de 90 días (frente al casi 70 por ciento del año pasado) y que los clasificados como de prioridad 3 que tienen que esperar más de 180 días han pasado del 82,3 al 62,7 por ciento.
Por hospitales
Los hospitales donde se ha producido más incremento de la demora en estos primeros seis meses del año son los complejos de Ávila, Segovia y Soria, además de Medina del Campo en Valladolid, teniendo en común los tres primeros que fueron de los más afectados por la pandemia además de ser de los más pequeños. Así, Ávila ha pasado de tener 818 pacientes en lista de espera a 910; Segovia, de 1.220 a 1.351, y Soria, de 681 a 980 (un 30,5 por ciento más). No obstante, los tres hospitales que superan la cifra de los 161 días de demora son los complejos de Burgos, con 237 días, y 3.650 pacientes; León y Salamanca, con 163 y 199 días, en cada caso, y con 3.330 y 5.328 pacientes, respectivamente.
Los datos forman parte del balance provisional de las listas en el primer semestre del año que ha hecho público la Gerencia Regional de Salud. La Consejería señala en el mismo comunicado que la pandemia del Covid-19 ha modificado el funcionamiento habitual de la estructura sanitaria, que «poco a poco intenta recuperar la normalidad». Otros de datos que reflejan las consecuencias del virus en la actividad hospitalaria son los que se refieren a las consultas externas, cuyos pacientes en lista de espera se han reducido un 25,5 por ciento respecto a finales de 2019, pasando de 221.071 a 164.653., una brusca caída que de nuevo tiene su explicación en la reducción de las entradas en esta lista por dos motivos, principalmente la disminución de los registros que parten desde los profesionales de Atención Primaria, pero también, justifican desde la Consejería de Sanidad, por «la conversión de parte de la actividad de consultas externas hospitalarias en consultas no presenciales (un gran número de profesionales ha continuado realizando su actividad de consultas externas durante la pandemia a través del contacto telefónico del paciente)».
Pacientes sin cita
Reconocen también desde la Gerencia que aunque la mayor parte de estos enfermos disponen de una fecha de cita programada, la pandemia «ha provocado, asimismo, que se haya elevado el número de pacientes sin cita programada, aspecto en que todos los hospitales de Sacyl están trabajando, con el fin de que se reasignen las citas de pacientes no vistos con motivo de la pandemia».
Algo similar ha ocurrido también en el área de pruebas diagnósticas, donde más drásticamente se ha reducido el número de paciente a la espera de que se le practique algún tipo de prueba, pasando de 45.795 (con 15.732 pruebas pendientes de cita) a los 29.682 (eso sí, con hasta 21.316 pruebas pendientes de cita). Ecografía, con 15.042; resonancia magnética, con 7.286, y TAC, con 5.230, son las que mayor lista de espera presentan junto a las mamografías, con 2.124 pacientes pendientes de practicarse esta prueba.