La corta de madera de coníferas duplica a la de hace un lustro

Castilla y León es territorio forestal por excelencia. Más del 51% tiene la condición jurídica de monte y la superficie arbolada regional se aproxima a los 3 millones de hectáreas, habiendo aumentado notablemente desde que se hiciera el Primer Inventario Forestal Nacional en 1970, cuando ni siquiera llegaba a 1,9 millones de hectáreas. Estas cifras señalan la señalan a la Comunidad como una tierra verde pero también como un enclave que contribuye a combatir el cambio climático y que, además, tiene entre sus troncos, copas y ramas un gran potencial generador de materia prima que en los últimos años se ha explotado cada vez más. Tal es así que en 2015 la corta de madera de coníferas, que es la más relevante de cara al sostenimiento del tejido industrial y del empleo asociado, fue más del doble que un lustro atrás.

Una de las principales producciones forestales es la madera y leña, en general, la biomasa forestal. La construcción, mobiliario, papelería o energía se nutren de esta materia prima y, en concreto, en 2015 se cortaron unos 3,2 millones de metros cúbicos de madera y leña, una cifra que permite consolidar y mantener la tendencia alcista iniciada en 2013, con la puesta en marcha del Programa de Movilización de Recursos Forestales, con la que la Consejería de Medio Ambiente pretendía conservar el patrimonio natural regional, aprovechando más y mejor los montes y atendiendo a que la industria regional así lo demanda y pueden ayudar a generar una actividad económica.

En lo que respecta las cortas del material calificado como «madera», que es el que permite mayor variedad de aplicaciones, y sobre el que se asienta la industria regional de transformación, el dato del pasado año es superior al de 2014, habiendo superado los 2,5 millones de metros cúbicos. De este volumen, casi dos terceras partes, algo más del 64 por ciento corresponde a montes gestionados por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, y el resto a montes en régimen de gestión privada.

Múltiples recursos como la madera, el piñón, la castaña o las setas pueden ser susceptibles de una mayor puesta en valor de estos recursos, que, además, son también útiles en las luchas contra el cambio climático (por su capacidad para secuestrar de carbono) o contra los incendios forestales (reducción de combustible).

Cabe destacar en este contexto de un amplio abanico de posibilidades la resina, una de las producciones características de Castilla y León, donde se concentra en torno al 90% de la nacional. Después de estar prácticamente relegada a la anécdota, el cambio de la coyuntura internacional y la crisis económica favorecieron la mayor rentabilidad económica y social de la extracción de resina. La producción de resina en Castilla y León se ha quintuplicado en el periodo 2011-2015.

En la distribución provincial destaca el elevado incremento de cortas (100.000 m3) en León, que ya supera los 0,5 millones de metros cúbicos y también en Segovia(0,43) y Palencia (0,2). Comparando por especies, las frondosas adquieren mayor protagonismo en León, alcanzando el 37% del total (chopo sobre todo y también roble), mientras que el porcentaje de coníferas es máximo en Soria (94%).