Coronavirus: Salamanca se ralentiza y el comercio y la hostelería ya sufren las medidas restrictivas
El primer día de confinamiento deja en la capital charra una estampa «triste» para un sábado otoñal
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Salamanca amaneció ayer con el amargo sabor del retroceso en la carrera contra Covid-19. Con la movilidad restringida, el otoño ya iniciado y la incertidumbre por la pandemia, la ciudad volvió a respirar una jornada gris, que nada tiene que ver con cualquier sábado de antaño con su principales arterias llenas. Tras León y Palencia, San Andrés del Rabanedo, Miranda de Ebro y Pedrajas y San Pedro de Latarce (Valladolid), la capital del Tormes será, durante dos semanas, un reducto del que no se podrá entrar ni salir, salvo en las excepciones que contempla la norma.
Para hacer cumplir sus preceptos, efectivos de la Policía Nacional y Local, y la Guardia Civil se apostaron desde primera hora en 19 puntos de las afueras del término municipal. En fila india, por el carril izquierdo de la Vía Helmántica, junto al puente del Pradillos, todos y cada uno de los conductores debían detenerse para responder a las cuestiones de los agentes: «¿A dónde va?», «¿De dónde viene?», con el fin de indagar en ‘porqués’ y reclamar documentación, informa Ical.
Al llegar a la plaza de la Libertad, aún en la calle Concejo, Víctor Rodríguez atiende una pequeña tienda de alimentación en horas bajas. «Estamos notando mucho los últimos meses y estas dos semanas va a empeorar. Ya no es solo el turismo de fuera que ha dejado de venir, es la gente que venía los sábados desde los pueblos a darse un paseo por Salamanca», destaca, apuntando además que no ve una solución a medio plazo que no pase por una vacuna. La población estudiantil de Salamanca, una bendición para comerciantes y hosteleros, ha sido objeto de crítica en las últimas semanas y se ha visto señalada como culpable en cierta manera del aumento de casos en la capital del Tormes por no velar con el suficiente celo por el cumplimiento de las medidas anti-Covid. Rodríguez no es en exceso beligerante contra este colectivo, al que justifica por su edad. «Sí que les he visto por aquí sin mascarilla y en grupos, pero no creo que sea solo culpa suya». Más crítica es Mamen Rodríguez, que regenta una conocida cafetería en la plaza Mayor. Lamenta la alta inversión que ha tenido que realizar en cumplir con la normativa, incluyendo productos antivirales para desinfectar el local. «A las autoridades se les está yendo un poco de las manos. Si con los policías no llega, tendrían que utilizar al Ejército para vigilar las conductas peligrosas», comenta, y explica que compara la situación con un «laberinto de difícil salida» advirtiendo el «miedo» y la «incertidumbre» dentro del sector.
Más allá del ágora salmantina, en un veterano comercio de recuerdos para turistas, Jorge Buitrago se aferra al día a día para «cubrir gastos» y espera que pase la tormenta intentando fomentar la venta online. «Esta medida es ‘una más’. Cada vez se ve más lejano el final de todo esto y único que podemos hacer es esperar a que pase el mal trago y tirar como se pueda».
Por Azafranal y hasta una desierta plaza de Santa Eulalia, las cafeterías temen los efectos de esta situación. «Ruina total», resume el gerente de un restaurante con solera. Intenta fomentar que la gente vaya a cenar a las 20 horas para cumplir con los horarios, pero no está esperanzado. Para un colega de profesión Félix Buesa «es un desastre total, no sé qué vamos a hacer».
Abiertas 30 actas
Lo cierto es que en la noche del viernes no fue la habitual en la capital salmantina, con los más jóvenes metidos de lleno en el fin de semana. Prueba de ello fue la plaza de San Julián donde las terrazas estaban prácticamente vacías. Fuentes de la Policía Nacional confirmaron a Efe que anoche se abrieron una treintena de actas de propuesta de sanción, para establecimientos y para personas particulares, mientras que por parte de la Policía Local se desalojaron, pasadas las cero horas, ocho pisos con más de seis personas no convivientes y se multó a 21 personas por ir sin mascarilla.
También ayer entraron en vigor en toda la Comunidad las nuevas medidas restrictivas que implican, entre otras cosas, la prohibición de consumir en barra en los establecimientos hosteleros e impiden los encuentros de más de seis personas, situaciones que se hicieron notar en la fotografía de las ciudades.
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