Coronavirus
La Comunidad aparca las diferencias ideológicas y avanza hacia un gran pacto
Tudanca: «Nuestra voluntad de acuerdo es inquebrantable; aquí nos tiene y nos tendrá hasta el final»
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El hemiciclo de las Cortes de Castilla y León, después de semanas en hibernación, se abrió ayer de nuevo para acoger una sesión plenaria, aunque con todas las particularidades que exige el estado de alarma. Sólo 21 de los 81 procuradores, convenientemente distanciados, con guantes (no todos) y mascarillas , siguieron el pleno de forma presencial, mientras que el resto lo pudo hacer, e incluso votar, por vía telemática. Más de tres horas que concluyeron con la sensación de que Castilla y León avanza hacia el pacto en su más amplia expresión y aparca las diferencias políticas e ideológicas, que no son pocas, como se pudo evidenciar durante la sesión.
El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, compareció a petición propia para analizar la situación de la Comunidad en la crisis del coronavirus y las actuaciones que la Junta está llevando a cabo para limitar los efectos económicos de la pandemia. Antes de la exposición, los procuradores guardaron un minuto de silencio en señal de duelo por todos los fallecidos. Después, Mañueco arrancó su intervención dejando claro que «es el momento de integrar posturas porque todos tenemos un único e invisible enemigo que es el coronavirus» . Tras desglosar la gestión de su Ejecutivo, ofreció un pacto amplio a todos los grupos políticos con las aportaciones de distintos sectores de la sociedad, representados por los miembros del diálogo social, las organizaciones agrarias, las asociaciones del tercer sector y las entidades locales. «El gobierno de Castilla y León siempre estará en el diálogo y en el pacto», sentenció y tendió la mano a los grupos parlamentarios para fijar el camino que permita reforzar la atención sanitaria, aumentar la protección de las familias y los que más lo necesitan, dar oportunidades a los jóvenes o impulsar los sectores estratégicos de la Comunidad, desde la industria al campo. El presidente de la Junta miró también al conjunto de España para reclamar el mismo acuerdo político. «La esencia del pacto no es buscar apoyos para una postura predeterminada sino la capacidad de abandonar la propia para lograr una respuesta común» , señaló y abogó por encontrar «medidas consensuadas para poner a nuestra economía y a nuestro país a funcionar después de esta pandemia».
Otro de los ejes del discurso de Mañueco fue la defensa de las autonomías en un momento en que las comunidades «hemos cumplido y somos Estado». Es mas, según señaló, «la actuación desarrollada por Castilla y León es una prueba efectiva de la utilidad del Estado Autonómico, de la que ya nadie puede dudar». No olvidó las reivindicaciones y, así, reclamó al Ejecutivo central una financiación estatal adicional y los fondos que se adeudan o que se han recortado. «Nadie puede comprender ni explicar que, con una mano, el Gobierno nos aporte 37 millones con motivo del coronavirus y que, con la otra, y por el mismo motivo, nos detraiga 80» , en referencia a la partida destinada al empleo que no llegará a la Comunidad.
Después de señalar que «al igual que el yunque forja el acero esta crisis ha fraguado este Gobierno», defendiendo así la labor de su Ejecutivo, reconoció que «podríamos haber hecho algunas cosas de otra manera pero cuando se toman tantas decisiones en momentos de incertidumbre es difícil acertar siempre en todas», por lo que pidió disculpas «por las decisiones que no hayan sido acertadas».
Lo cierto es que el resto de portavoces cogieron la mano tendida de Mañueco, aunque algunos con más entusiasmo que otros, sobre todo porque la disputa política nacional se coló, como era previsible, en el debate. No obstante, el portavoz del PSOE, Luis Tudanca, fue el mas claro en su postura: «Nuestra voluntad de pacto es inquebrantable; aquí nos tiene, nos ha tenido y nos tendrá hasta el final» .
Halagos a la transparencia
En su intervención, el líder socialista defendió la actuación del Gobierno de España frente a la pandemia pero también «el esfuerzo ingente en transparencia» de la Junta y el trabajo «sobrehumano» de la consejera de Sanidad, Verónica Casado. Aseguró, incluso, que «confío y deseo un Gobierno autonómico fuerte porque eso será bueno para Castilla y León» y pidió a Mañueco que «ejerza y actúe» como Comunidad y no sólo sea «un gestor de fondos».
También la portavoz de Ciudadanos, Ana Carlota Amigo, apostó por la unidad y por ser ejemplo «frente a la confrontación política que se vive en España» . Fue más allá al pedir un acuerdo con todas las fuerzas políticas para trabajar por los presupuestos de la unidad. Los portavoces de Podemos y de la Unión del Pueblo Leonés fueron más tibios a la hora de mostrar su disposición a un gran pacto político. El líder de la formación morada, Pablo Fernández, dijo estar a favor del acuerdo aunque puso como condición la apuesta por lo público (como también lo hizo Tudanca) y «la garantía de que las personas son lo primero». También el parlamentario de UPL abogo por el consenso, si bien dejó claro que eso no significa «sumisión» sino la lealtad necesaria que implica también una crítica constructiva.
El portavoz del Grupo Popular, Raúl de la Hoz, recibió las críticas más duras de la jornada que le llegaron de Luis Tudanca y Pablo Fernández «por no estar a la altura» con el tono de una intervención en la que arremetió contra el Gobierno de España al que culpó del «desastre». «Los políticos no estamos sólo para resistir o estar confinados sino para actuar de forma eficaz y rápida», se defendió el parlamentario popular.
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