Coronavirus Castilla y León

El «freno» de la curva de contagios aleja el confinamiento, pero seguirá el toque de queda

La Junta apuesta por mantener las medidas en vigor hasta lograr una «estabilización a la baja» de los casos

Un hostelero cierra su establecimiento en Zamora, afectado a partir de este viernes por las medidas restrictivas ICAL

I. Jimeno

La situación de Castilla y León «sigue siendo grave» , aunque parece que se intuye una cierta luz al final del cierto túnel del Covid-19. Tras el toque de queda de 22 a 6 horas impuesto hace casi dos semanas y el posterior confinamiento perimetral de la Comunidad, hace «pocos días» que se está apreciando una «tendencia a frenar la gran subida» en la curva de contagios desde el 23 de octubre, que llegó a superar los 2.000 diarios, y en la que ahora se aprecia «cierta contención». Ayer, 1.355 positivos nuevos confirmados y parece que «esa curva se está aplanando» y «los esfuerzos que muchas personas están haciendo» pueden contribuir a controlar la pandemia y la posterior recuperación económica, reconoció la consejera de Sanidad, Verónica Casado. Eso sí, sin lanzar las campanas al vuelo porque «si de algo no me fío y he aprendido con sangre, sudor y lágrimas es del coronavirus», precisó la consejera, quien sí reconoció con matices ese mensaje algo más suavizado una vez «vista la tendencia» que hace unos días presentaba una «pendiente» que iba directa a una «tasa de ataque muy elevada».

Así que, aunque «hay un día para cada cosa», según recalcó el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, parece que el confinamiento domiciliario al que se veía abocada la Comunidad hace unos días, ahora se aleja, pero sin perderse de vista en el horizonte. «Estamos trabajando para lo contrario, para evitar el confinamiento», señaló también la consejera, quien justificó que «para eso» se adoptan otras medidas, tanto sanitarias como restrictivas, y siguen reclamando al Gobierno central una «herramienta jurídica» que permita su aplicación en caso de que el virus se desboque.

Con un «mensaje de esperanza» sobre el fin de esta «guerra» en la que se busca «el menor número de bajas» -en la última jornada han fallecido otras 35 personas, 31 en hospitales y cuatro en residencias-, Casado también advirtió de que la situación epidemiológica tiene su reflejo «en dos o tres semanas» en los cada vez más saturados hospitales. Ayer había 1.395 ingresados, el 24% de los pacientes en planta, y 205 en las UCI, el 65% de los críticos. Así que nada de relajación, porque la situación «puede empeorar» durante este mes «salvo que seamos capaces de seguir bajando» de forma «continuada» la contagiosidad (cuantos infectados hay por cada enfermo), que sí se ha reducido ligeramente y está en 1.01, con algunas provincias ya por debajo de ese baremo.

Más de 15 días

De hecho, después de semanas en las que el virus iba al alza en todas y, pese a que la situación sigue siendo complicada en general, hay provincias que presentan una tendencia «decreciente» (Palencia), de «ligero descenso» (Salamanca, Segovia y Valladolid) o «estabilización» (León). Eso sí, la incidencia acumulada en el conjunto de la Comunidad va a la baja, pero sigue siendo elevada, de 801,53 por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, la quinta más alta del país y muy por encima de la media nacional (527,30) y del umbral de 250 que en Europa enciende alarmas.

Así que si bien el confinamiento domiciliario programado parece que puede alejarse, no significa que otras medidas también se levanten. El próximo lunes, 9 de noviembre, «caduca» el toque de queda y el cierre perimetral de Castilla y León, que todo apunta seguirán como parte de ese conjunto de medidas para intentar frenar al Covid-19. «De momento, no se ha tomado la decisión» y se analizan diariamente los datos, pero, reconoció Igea, «nuestra intención es mantenerlo» hasta que haya un descenso sostenido y estable de la incidencia del virus. «No es buena cosa levantar a los quince días si no hay estabilización a la baja de los datos», apuntó Igea, tras haber aprendido del error de la «precipitación». Tampoco se prevén nuevas medidas hasta que las que están en vigor consuman el periodo para el que fueron dictadas, por lo que no se plantean confinamientos por provincias ni por municipios, pese a que la incidencia no es igual, pero la transmisión comunitaria es «generalizada» y la situación «mala» de manera global.

Y con una premisa clara, recalcó Igea . Las medidas «no» se adoptan para «salvar la Navidad» y «no es buena cosa» decirlo , sino que se adoptan para «salvar vidas» y «contener» la infección.

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