Coronavirus: Casado advierte de que en noviembre llegará el pico más alto y la meseta «será larga»
«Estamos en guerra contra un virus y eso es más complicado que cuando la guerra se produce entre iguales», subraya la consejera de Sanidad
Con cuatro capitales confinadas-León y Palencia prorrogadas desde ayer, Burgos desde las 00:00 horas de hoy y Salamanca desde el sábado- y grandes municipios de la Comunidad como Miranda de Ebro, Aranda de Duero (comenzó ayer) y San Andrés del Rabanedo, a los que se suman otros más pequeños, como Pedrajas y San Pedro de Latarce (Valladolid), no parece que haya mucho espacio para el optimismo. Esa sensación la evidenció ayer la consejera de Sanidad, Verónica Casado, quien se mostró partidaria de aplicar nuevas medidas restrictivas para frenar el avance de la pandemia, como el toque de queda que «puede tener un impacto positivo». No obstante, insistió en que es condición «sine qua non» que sea una decisión del Gobierno de la Nación, con la suficiente base legal para que se pueda llevar a cabo, y que se aplique en toda España.
«No queremos hacer más cosas porque queremos que sean coordinadas con todas las comunidades», insistió la consejera, quien rechazó un confinamiento perimetral de Castilla y León por su gran extensión, aunque recordó que es un último recurso que «todos sabemos que es positivo pero también con él se acaba con otras muchas cosas». «Si sólo fuese un problema sanitario, las decisiones se hubieran tomado antes pero en la búsqueda del equilibrio todo es más complejo», puntualizó.
En este sentido, también el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, incidió en la necesidad de que el Gobierno central ponga en marcha «nuevas herramientas» con criterios homogéneos «que nos ayuden a desequilibrar la balanza» en el impacto del Covid-19. Que se active el «doble motor» de comunidades y Ejecutivo nacional del impulso trabajando «todos en la misma línea». «Esas medidas tienen que proteger la vida con el menor costo económico» y deben ponerse en marcha «cuanto antes», señaló.
Víctimas indirectas
«Estamos en guerra contra un virus y eso es más complicado que cuando la guerra se produce entre iguales», zanjó Verónica Casado, quien advirtió de que según los expertos «en noviembre se producirá el pico más alto y luego la curva se aplanará pero será una meseta muy larga». Con este escenario, la responsable de la Sanidad en la Comunidad reconoció que además del coronavirus la otra gran preocupación de su departamento son las «víctimas indirectas» que produce la pandemia desde un punto de vista sanitario, dado que se ha demostrado que hay otras enfermedades en las que está produciendo un exceso de morbilidad y de mortalidad. Por eso «hay que aplicar nuevas estrategias para atender a los enfermos de Covid y de no Covid, lo que pasa, según indicó, por «reorganizar el sistema», de forma que sean «prioritarias» aquellas patologías «en las que no se puede permitir un aplazamiento». «Hay que priorizar estas actuaciones y aprovechar al máximo los recursos», insistió la consejera.
Precisamente, Verónica Casado detalló cómo desde el mes de marzo hasta septiembre la Consejería de Sanidad ha gastado 3.077 millones de euros, de los cuales 253 han sido generados exclusivamente por la pandemia. De esta cantidad, 97,2 se han invertido en material sanitario, como respiradores o equipos de protección; 81,6 en contrataciones de personal; 13,9 en gasto farmacéutico y 10,1 en equipamientos y obras, entre otras grandes partidas. En este periodo, se han contratado 7.683 profesionales sanitarios, entre ellos 468 médicos y 3.093 enfermeras.
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