Guillermo Garabito - Impresiones de la Feria

Conozca a un editor

«La jornada de ayer estuvo animada. Incluso siendo domingo y con calor»

Joaquín Dñiaz y Gabriel Calvo presentarron el domingo, en el marco de la Feria, su última colaboración, «Trovadores y juglares: romances de tradición oral» F. HERAS

GUILLERMO GARABITO

Una hora antes de que cerrara la Feria aún quedaban escritores intentándolo. «Si me permite; soy el autor. Aquí tiene una novela romántica preciosa sobre la ciudad de Zamora…». Intentaba explicar el hombre rápidamente. Pero el cliente en potencia debió de pensar que Zamora no es lugar para tejer la escena de una novela romántica porque no le permitió. Lo que una mayoría considera hoy novela romántica son pseudolibros que desarrollan su trama en algún lugar de moda y tienen por protagonistas a millonarios masoquistas. Y en Zamora, que uno sepa, no hay de eso. Y si lo hay no tiene el mismo glamour, qué duda cabe. Confieso que los puestos donde hay un ejemplar de las famosas «sombras» ya ni me molesto en ojear. De algo tienen que vivir los libreros, claro. Qué culpa tienen ellos de que el público lo demande. Pero no.

La jornada de ayer estuvo animada. Incluso siendo domingo y con calor pasadas las nueve de la noche quedaban, en la Plaza Mayor, los rescoldos de un público numeroso paseando entre las casetas. La distribución de los puestos hace parecer el lugar estos días un circuito cerrado de única dirección. Y cuando hay alguien que va en dirección contraria, el público que por allí pasea, observa e incluso a veces compra, se cierra impidiendo que la persona a contracorriente remonte entre los expositores con comodidad o sin ella.

Compré un poemario del salmantino Aníbal Núñez y de paso aproveché para preguntar a la chica de la editorial qué tal les había ido el fin de semana. «Bueno, ha ido bien. Pero es complicado. Estamos sobre todo para que la gente nos conozca. Nos gusta cuando pasa la gente y te cuenta que ha leído tus libros y opina esto y aquello… Un editor no tiene normalmente la oportunidad de conversar con el lector». Ni el lector muy a menudo con el editor. Es por eso que se me vinieron en tromba demasiadas preguntas como por ejemplo por qué esta obra. Sobre como eligen este o aquel papel, el ancho de las solapas y hasta con qué criterio deciden ellos que una obra es mejor que otra… ¿Qué cree usted que le puede haber llevado a un colega suyo editor a publicar una novela romántica que discurre en Zamora? Cosas que se le ocurren a uno con los nervios de conocer a un editor.

Terminando la vuelta del domingo me encontré con la caseta de una librería especializada en ejemplares ilustrados que anteayer no estaba. O yo me la salte, vaya usted a saber. Ojeo una edición de «El viejo en el puente« de Hemingway. «A la gente le cuesta un poco más pararse. Al ver los libros ilustrados algunos se piensan que son adaptaciones para niños, o versiones no integras, y no es así. Pero ha sido un buen fin de semana».

Conforme se fue extinguiendo la tarde fueron cayendo, afónicas, las persianas de metal, una tras otra, como en un efecto dominó. La Feria también duerme.

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