Una «conexión» para curar las heridas de los profesionales
Más de 600 trabajadores ya han precisado ayuda durante la crisis sanitaria por culpa del coronavirus
Los equipos de protección, los conocidos como EPI, ese conjunto de mascarillas, buzos, batas, guantes... con los que intentar hacer una coraza con la que dotar a los profesionales sanitarios frente al desonocido e invisible enemigo que es el Covid-19 fue la primer línea de batalla en este guerra. Y mientras el coronavirus ha ido avanzando líneas y proveer de esas preciadas piezas sigue siendo una de las «prioridades» de la Junta de Castilla y León , a medida que la contienda ha avanzado, se ven también otras heridas que ha dejado ya un virus que se ha llevado por delante la vida de más de 2.400 personas en la Comunidad. Otras heridas menos visibles, las del «interior», para lo que desde la Consejería de Sanidad también se ha puesto en marcha un programa de apoyo psicológico.
Dirigido a prestar apoyo, con una línea única y exclusiva, ayuda a profesionales de distintos niveles asistenciales, pero sobre todo a aquellos que desde la «primera línea» han plantado cara a este letal y veloz enemigo, que llevó a rozar los 360 ingresados en las UCI y tener más de 2.300 ingresados en las plantas de los hospitales todos por Covid-19, causando, como reconoció la consejera, Verónica Casado, «un alto impacto emocional».
Un efecto que ya se ha dejado notar en las llamdas a ese teléfono de apoyo. Más de medio millar de profesionales de hospitales ya están siendo atendidos por los psicólogos de este equipo, que, si lo considera preciso, los deriva a las áreas de referencia para el seguimiento . También 72 de Atención Primaria y 69 de residencias, así como a más de 400 pacientes hospitalizados, dos centenares de infectados que están aislados en sus domicilios, 641 familiares de pacientes hospitalizados y 125 allegados de pacientes en aislamiento domiciliario, según detalló Casado.