Condenado a 18 años el exmilitar que retuvo a su expareja tres días en un bosque de Valladolid
Bajo la amenaza de matarla a ella y a sus hijos la retuvo bajo la exigencia de retomar la relación
Atada para que no se pudiera escapar, con apenas unas botellas de agua y algo de pan para comer y bajo la amenaza de matarla a ella y a sus hijos si no cedía a sus pretensiones: retomar su relación. Así retuvo durante tres días en un bosque en localidad vallisoletana de Corrales del Duero un exmilitar de origen búlgaro a la que hasta hacía poco había sido su pareja en julio del pasado año. Unos hechos por los que ha sido ahora condenado a 18 años y medio de prisión.
La Audiencia Provincial de Valladolid ha fallado que el condenado, mayor de edad y sin antecedentes penales en España, es responsable de un delito de lesiones, otro continuado de amenazas, tres de coacciones, uno de acoso, otro de detención ilegal, obstrucción a la justicia y maltrato habitual y le imponer por ello además de la pena de 18 años y medios de cárcel y libertad vigilada de cinco años una vez salga de prisión, la prohibición de acercarse a la víctima durante 26 años y una indemnización de 3.050 euros por lesiones y daño moral, quedando pendientes otros 3.00 que deberá abonar junto a los res acusados que e ayudaron en el secuestro de su expareja y que no han sido juzgados pro encontrarse en situación de rebeldía.
El acusado y la víctima se conocieron en su pueblo de Bulgaria en 2018 y decidieron viajar a España para trabajar en el campo, en labores de la vendimia, primero en Valladolid y posteriormente en Burgos. Su relación de pareja se desarrolló de «manera normal» hasta que en marzo de 2021 él fue hospitalizado por un problema de pulmón y tras el alta «comenzó a comportarse de manera agresiva, muy celoso» mostrando «una actitud de dominación hacia su pareja, a la que no dejaba salir sola de casa casi nunca, y cuando surgía cualquier conflicto entre ellos, le decía que la iba a matar ola golpeaba», como así ocurrió en una ocasión, según se recoge en la sentencia.
El 12 de junio de 2021 tras increparla una vez más ella «decidió no aguantar ya más» y llamó para que fueran a buscarla porque temía que la fuera a matar y quería irse de la casa. Él «no aceptó la ruptura , y comenzó a llamarla por teléfono insistentemente» y buscarla por las tierras de cultivo en las que podía estar trabajando para exigirla que regresara a casa. Al cabo de unos días, la víctima, acompañada de su amiga y del marido de ésta acudió a su antigua casa con el fin de recoger sus pertenencias, y el acusado procedió a cerrar la puerta y dijo que «no se iba a llevar nada de la casa porque la iba a matar», teniendo que acudir tres personas cercanas a ellos a reclamarle que pusiera fin a la retención.
«Dado que no lograba su propósito de reanudar la relación sentimental, concibió la idea de llevársela por la fuerza para que estuviera con él», y para ello contactó con un segundo acusado que normalmente trabajaba en las mismas tierras que ella y le informó de la hora y lugar donde iba a estar. El 6 de julio, poco después de las siete de la mañana, el condenado, acompañado por otros dos acusados más circulaban en un vehículo hasta cruzarse con un segundo en el que estaba la víctima, la sacaron por la fuerza y la metieron en su turismo .
Seguidamente se dirigieron hacia un monte quedándose solos el condenado y la víctima, a quien ató las manos con unas cuerdas para que no se pudiera escapar y permanecieron durante más de tres días en aquel lugar , donde sólo disponían de agua para beber y algo de pan para comer. Él la exigía en todo momento que volviera con él y al negarse la amenzaba con matarla con una piedra y enterrarla allí mismo y con mandar a unos amigos para que mataran a sus hijos, que no viven en España.
Consciente de que ya le estaba buscando la Guardia Civil adoptó medidas como el tener apagado el teléfono móvil el mayor tiempo posible con el fin de que no le pudieran geolocalizar, y cubría el vehículo con hojas y ramas para que no fuera localizado, lo cual finalmente sucedió el 9 de julio hallándose a ambos dentro del coche. Tras su detención , el Juzgado de Instrucción 2 de Aranda de Duero acordó su ingreso provisional en prisión, desde donde aún llamó a a su ex pareja en tres ocasiones , diciéndole en una de las cuales «hola cariño, te voy a matar» y amanezarla con hacerle lo mismo a sus hijos.
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