Complejo escenario

No corren los mejores tiempos para la vida política. A las constantes denuncias y progresiva judicialización de la vida pública, se extiende una corriente de populismo a la que, desgraciadamente, tampoco se sustraen los partidos que clásicamente hemos denominado como «más serios». Así las cosas, la vida española se mueve en un lodazal que empaña el horizonte y nadie está dispuesto a corregir.

Con unas inminentes elecciones municipales y autonómicas en las que las encuestas dibujan un panorama incierto y, desde luego, muy diferente al actual, los partidos políticos toman posiciones. En el escenario de Castilla y León, el PP se enfrenta a un reto que no ha tenido en los últimos 30 años, porque muchos ven un posible tiempo de cambio y mucho van a tener que engrasar su potente maquinaria electoral para tratar de reconducir una situación muy compleja. Primero porque internamente el partido y la Junta no reman en la misma dirección. Puede que la bicefalia no esté dando grandes problemas, pero muchas de las decisiones de la Junta incomodan en este momento a buena parte del PP de Castilla y León. Segundo porque Madrid vuelve a retrasar la nominación de candidatos y aunque hay pocas dudas de que Alfonso Fernández Mañueco será el candidato, se retrasa una nominación formal que le haría mucho más visible en la sociedad. Y en tercer lugar porque la oposición está volcada en desgastar al seguro candidato y aunque haya hechos tan claros y rotundos como el archivo de la denuncia de Podemos por el caso de las guarderías Municipales de Salamanca, Ciudadanos se sube al carro del oportunismo y mantiene abierta una comisión municipal de investigación de mínimo recorrido, demostrand una vez más que lo que proclama como nueva política es un sucedáneo que poco regenera e incide en lo que tantas veces se han hartado en criticar.