Compás de espera

Prácticamente todos los dirigentes del PSOE en Castilla y León muestran su preocupación por el momento que vive el partido, con una inestabilidad interna que para muchos puede ser antesala de una ruptura, pero que para otros supone la oportunidad de devolver el control de la organización a los militantes. En Castilla y León hay clara división entre unos y otros, mientras todos esperan que Luis Tudanca convoque los órganos del partido para analizar la situación interna en la organización tras la salida de Pedro Sánchez. Tudanca sabe que en estos momentos la división en las provincias es manifiesta y que muchos cargos orgánicos caminan en teórica contraria dirección a las preferencias de los militantes, y ante esta situación prefiere que el calendario avance y se decanten las posturas.

Son varios los medios nacionales que sitúan a Luis Tudanca como uno de los mayores activos en el diseño de las estrategia del posible regreso de Pedro Sánchez. Él no oculta su alineamiento, pero tampoco desvela nada de su estrategia. Son sus próximos los que confirman la cercanía a Sánchez y la apuesta decidida porque vuelva a la primera fila del partido con la seguridad de que la militancia se pronunciará en este sentido. La debilidad del aparato de Ferraz, del que Tudanca está muy alejado, con el PSE y el PSC como arietes contra la autoridad de la gestora, abren la puerta a que Sánchez intente de nuevo saltar a la palestra y a ello confía en buena medida su futuro político el actual Secretario Regional socialista. Tudanca se ha significado tanto contra la gestora y por lo tanto contra la línea que representa la teórica futura líder, Susana Díaz, que una hipotética victoria de ésta, aventura una salida evidente en el próximo Congreso regional. Pero eso es mucho aventurar, porque antes tienen que pasar muchas cosas aunque ahora se vivan momentos de calma chicha.