Comienza el derribo del colegio San Juan de la Cruz entre el enfado vecinal
Las máquinas han entrado a demoler el centro en el barrio vallisoletano de La Rondilla, que quiere un uso social frente a las oficinas de la Seguridad Social proyectadas
Con «pena», «tristeza» y «enfado», los vecinos del b arrio vallisoletano de La Rondilla se han despertado este jueves con el sonido de las máquinas que comenzaban a demoler el colegio San Juan de la Cruz, sin uso desde 1999 .
Como había anunciado hace unos días el M inisterio de Empleo y Seguridad Social , el derribo iba a ser inminente, y sobre las 7.00 horas han comenzado los trabajo, que avanzan a buen ritmo ante la atenta mirada de vecinos y curiosos que se han acercado.
Una dotación de la Unidad de Intevención (UIP) de la Policía Nacional vigila desde primera hora la zona, aunque no ha sido necesario desalojar a personas alguna. En el momento en el que han llegado los operarios no había personas concentradas en el lugar, al que ya han llegado con los trabajos en marcha. En el interior del edifici o dormían dos inigentes que se han marchado voluntariamente cuando se les ha comunicado lo iban a comenzar las obras.
La Asociación Vecina Rondilla ha denunciado la forma «torticera y mentirosa» con que la Seguridad Social y su secretario de Estado, el vallisoletano Tomás Burgos , han actuado en este caso. Aseguran que se sienten « defraudados y atropellados por este tipo de políticos que no son capaces de dialogar con el pueblo y de respetar sus reivindicaciones».
Desde el ministerio, en una carta abierta, Tomás Burgos defendió hace unos días que la actuación en el colegio San Juan de la Cruz « forma parte del proyecto de modernización de las oficinas de atención al público en la ciudad de Valladolid, que se inició en 2005» y que la administración actúa «exclusivamente, en defensa del interés general que representa».
En La Rondilla, opiniones encontradas sobre la domolición . Algunos lo ven positivo ante la «mala imagen» que daba del barrio por su deteriorado estado; otros defienden que debería haberse conservado. También difieren en el futuro uso, mientras desde la Asociación Vecinal inciden, como rezan los carteles, en una utilización social y aparcamiento, hay quien bien una oportunidad que se abran oficinas.