Oda a la coma
El escritor Jesús Omeñaca (Ágreda, Soria) publica un libro “divulgativo y pedagógico sobre el uso del signo de puntuación”
«Con una coma (,) mal puesta se comete un delito» , así de contundente se muestra el escritor, Jesús Omeñaca, que acaba de publicar el libro ‘Dónde poner la coma y otros signos de puntuación, incluida la tilde’. Un manual pedagógico, accesible y divulgativo, que bien podría ser utilizado por los profesores de Lengua y Literatura desde Primaria hasta Bachillerato y por los encargados del difícil reto de escribir correctamente a diario.
El experto en puntuación concluye que, en general, se escribe y se habla mal el castellano , esa lengua «maltratada», a pesar de que 438 millones de personas la tienen como materna. La inclusión voraz de términos anglosajones y la escasez de horas que, en las aulas, se dedica para su conocimiento, sobre todo, en lo que a gramática y sintaxis se refiere, son dos de los baches que se encuentra para un uso ortodoxo.
Jesús Omeñaca (Ágreda, 1944) es un hombre de números, contabilidad y estadísticas, sin embargo, su paso por el seminario de la Universidad Pontificia de Comillas le marcó para la posteridad. Allí aprendió al dedillo como se debe escribir y hablar el castellano con clases intensivas de latín y griego, que le ayudaron a comprender mejor su sintaxis y su gramática. Gracias a este aprendizaje, se atreve a retar al director de la Real Academia de la Lengua Española, Santiago Muñoz Machado, a que le ponga un examen de signos de puntuación. Asegura que no fallará ni una.
Abre el periódico y dice ponerse «de mala leche» al encontrar numerosas faltas de ortografía; lee una sentencia y concluye que los juristas «no saben escribir». Al agredeño le cabrea literalmente que la gran mayoría de los castellano hablantes no tengan el conocimiento preciso para saber que las comas no se pueden esparcir por el texto al azar, esa es la «coma anárquica»; que el punto y coma no la sustituye; y que, ¡por favor!, el lenguaje castellano utiliza signos de interrogación para la apertura y el cierre de la frase.
Existen otras publicaciones sobre este tema, el de la RAE mismamente dedica 4.000 páginas a ello, sin embargo, el soriano ha recopilado en muchas menos páginas un buen número de consejos prácticos y actividades didácticas para distinguir dónde poner la coma. Además, incluye la solución a los ejercicios prácticos propuestos y una explicación de por qué se pone ese signo de puntuación y no otro.
En los ejemplos que se plantean en el libro, Omeñaca utiliza múltiples recursos pedagógicos e imágenes, revuelve las frases, juega con el lenguaje manejando los signos de puntuación como si el escrito fuera un tablero de ajedrez, donde el peón (la coma) es el signo protagonista para ordenar el texto.
Ahora la lengua española languidece en las aulas y no es culpa del docente, considera, sino de los programas educativos establecidos, que no inciden en la necesidad de dominar la sintaxis para colocar de forma correcta los signos de puntuación.
“Recibo cantidad de correos electrónicos y es tremendo lo mal que se escribe y lo mal que se ponen los signos de puntuación también en muchos periódicos y anuncios. Yo voy contra eso y pongo a disposición un manual pedagógico para mejorar estas cuestiones. Los signos de puntuación son fundamentales para entender el significado de la frase” expresa.