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Coaching: Avivar la llama interior
La formación Firewalking trata de motivar a través de caminar sobre fuego o cristales
La mejora continua en los puestos de trabajo de cualquier empresa está a la orden del día. Ya no solo en los conocimientos que se van adquiriendo, sino también en la motivación diaria. Esa motivación extra y un cambio de actitud frente a las tareas laborales es lo que intentó sacar el equipo de Firewalking a todos los que se apuntaron a su curso intensivo de transformación personal denominado Certificación Internacional de Instructor de Firewalking.
Auspiciado por el Firewalking Institute of Research and Education (FIRE) de Dallas y que lleva 40 años formando a profesionales de nivel internacional, es un curso que tiene una doble vertiente. Por un lado crea una transformación personal en los alumnos y les capacita para realizar dinámicas conocidas como de «alto impacto». Durante 4 días, los asistentes pudieron parar y reflexionar sobre dónde están en su vida personal y profesional y el camino que están tomando. El objetivo primordial de la formación es que las personas se den cuenta del potencial que tienen, su fuerza, su creatividad, que son mucho más luchadores de lo que habrían imaginado.
Firewalking engloba una metodología de trabajo que se basa en la toma de conciencia como paso previo a generar un cambio, y para ello se trabaja con metáforas como herramientas de transformación para modificar las creencias «que nos limitan y nos mantienen clavados en nuestra zona de confort», lo que impide crecer al ser humano y dar lo mejor en la vida personal y laboral.
Estos conocimientos, dirigidos sobre todo a formadores, responsables de Recursos Humanos, directores y directivos que lideren equipos, entre otros, están enfocados a enseñar el poder que tiene la mente sobre las personas y en los pensamientos de cada uno, que hacen que se viva una realidad diferente. Para conseguir esto se llevan a cabo unas dinámicas en las que, por ejemplo, se aprende a caminar sobre brasas, diseñada para eliminar miedos y motivar a hacer cosas que en principio se consideran imposibles; andar sobre cristales rotos (glasswalking); romper madera con las manos; o romper una flecha con la garganta.
«Todo un reto»
La organizadora del evento, María Alonso Martín, calificó al evento vallisoletano como «un reto» porque, aunque se ha formado en nueve cursos Firewalking durante cuatro años, en los que «he aprendido mucho sobre mí y como mejorar como conferenciante y formadora», ha coordinado un programa bilingüe con alumnos de diversos sitios, como la India, Argentina o Portugal, y ha participado como profesora.
Las razones por las que Alonso recomienda hacer la formación son, en gran medida, para sacarle partido al trabajo diario con nuevas oportunidades en nichos más rentables, para generar nuevas líneas de negocio y para destacar y diferenciarse en la profesión, además de para aprender y enseñar a otros a realizar cosas que nunca habrían podido imaginar.