Política

Ciudadanos, una naranja que pierde «gajos»

En menos de un año, desde las elecciones municipales, Ciudadanos acumula crisis en seis provincias con la salida del partido de diversos concejales

Los diputados provinciales de Soria Raúl Lozano y José Antonio de Miguel ICAL

I. JIMENO

Ilusionados con irrumpir con fuerza en la política de Castilla y León en su primera incursión en las urnas en la Comunidad, Ciudadanos en cierto modo logró su objetivo. Cierto es que logró debutar en el Parlamento autonómico, hacerlo con grupo propio y que su abstención fue decisiva para la nueva investidura del popular Juan Vicente Herrera, quien se quedó a las puertas de reeditar por cuarta vez la mayoría absoluta. Pero también lo es que se tuvo que conformar con la cuarta fuerza, tras PP, PSOE y Podemos, que en el recuento de papeletas arrebató el tercer puesto en el pódium que las encuestas daban a los de Albert Rivera en Castilla y León . También en el mundo municipal, aunque a gran distancia de las fuerzas tradicionalmente hegemónicas, se colocó como el tercer partido con más representación (473 concejales y el 7,74% de los votos), aunque a gran distancia de los dos primeros, con 7.257 y 3.719 ediles respectivamente.

Pero desde entonces la formación no ha vivido un camino de rosas. El partido naranja ha empezado a desgajarse . En menos de un año, son varias las crisis que ha tenido que soportar, con diversas salidas de cargos públicos e internos que afectan a seis provincias. Rara es la provincia de Castilla y León que no cuente con un caso de dimisión o expulsión, rodeado de más o menos polémica. Entre las últimas y con más repercusión, la expulsión de los dos diputados provinciales que C’s tenía en Soria , José Antonio de Miguel y Raúl Lozano. Su decisión de apoyar la pervivencia de la institución provincial, frente al criterio nacional y el pacto rubricado por su líder, Albert Rivera, y Pedro Sánchez, fue el detonante, que no se ha quedado ahí. Casi todos sus compañeros apoyaron que continuaran en el cargo y su marcha de las siglas de C’s no ha sido la única. Varios ediles que concurrieron con ellas en la provincia de Soria (donde logró 42) también han cogido la puerta de salida. Es el caso de los cinco del Ayuntamiento de Almazán, como muestra de apoyo al alcalde, José Antonio de Miguel. En Golmayo y Frechilla también se plantean coger la puerta de salida.

León y Ponferrada

Diversas también las marchas en León. El último caso, el de la portavoz en Ponferrada, el segundo municipio de la provincia. Rosa Luna renunció el jueves como vocal de la agrupación de Bierzo-Laciana, aunque, según dijo, seguirá colaborando con el partido. Una dimisión que llega tras la distancia reconocida con la Agrupación Municipal de C’s en Ponferrada. El propio coordinador, Pedro Villanueva, lo asumió, apuntando a que «la influencia» del anterior coordinador provincial, Sadat Maraña, estaba detrás del deterioro de esas relaciones. Y es que la renuncia de Rosa Luna llega después de que en febrero Maraña también abandonara el cargo. Lo hizo después de meses de polémica tras descubrirse que mintió en su currículum, algo que achacó a un «error» de la Universidad de León. Entre medias, el partido expulsó a sus tres ediles en Villaquilambre, cuarto municipio en población en la provincia de León.

Presencio y Valladolid

Sonoro también el caso de Valladolid, con un nombre propio en el centro: Jesús Presencio. Meses tardó en resolverse el expediente de expulsión del edil , que mantiene el acta como no adscrito en el Ayuntamiento de la capital del Pisuerga y se resistió como gato panza arriba a abandonar la disciplina de C’s e incluso recurrió la resolución que le dejaba fuera. Todo después de dar positivo en un control de alcoholemia -triplicó la tasa permitida al volante- el pasado agosto, por lo que aceptó una pena de diez meses sin carné de conducir. Pero no quedó ahí su expulsión, que deja a C’s con tan sólo un concejal en el Consistorio vallisoletano. El pasado mes de noviembre, los seis miembros de la directiva del partido en Valladolid dimitieron en bloque junto al que había sido su coordinador, Jesús Presencio. Aunque Ciudadanos decidió no expulsarlos, se marcharon criticando a sus líderes, lo que recibió el reproche de la formación en Castilla y León por ser «seguidistas» con Presencio.

Entre los «gajos» que también se han desprendido de la formación naranja está la edil Silvia Álvarez de Eulate , quien se presentó en mayo bajo la siglas de C’s, pero nunca se ha llegado a integrar en el grupo municipal de esta formación en el Ayuntamiento de Burgos, pero se mantiene en el Pleno, con un voto clave dada la minoría del popular Javier Lacalle.

Más reciente también el caso de Ana Suárez, concejal en el Ayuntamiento de Salamanca , quien han renunciado a su puesto en la Junta Directiva de la formación en la capital. La «falta de tiempo para desarrollar su carrera profesional fuera de la vida pública y del partido» son los motivos apuntados.

Y en noviembre, Segovia también se sumó a la lista de ciudades en los que la naranja de Ciudadanos se consume. Juan Alcalde dimitió por discrepancias con el partido a nivel provincial.

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