Semana Santa
Cientos de fieles arropan en Valladolid al Santísimo Cristo de la Luz
El Coro de la Universidad deleitó a los muchos asistentes que acudieron al Palacio de Santa Cruz a ver salir a la talla de Gregorio Fernández
Cientos de fieles arroparon este jueves, bajo un sol radiante, al Cristo del Santísimo Cristo de la Luz, sede de la Universidad de Valladolid , acompañado también de la comunidad universitaria y de la talla de 1,7 metros de Gregorio Fernández.
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Se da la circunstancia de que esta cofradía es de las pocas, cuya alcaldesa mayor es una mujer, María Ángeles Martín, quien este año dejará la presidencia de esta tradicional cofradía de la Semana Santa vallisoletana y quien alabó la «joya» que supone esta procesión donde se viven momentos «intensos de gran devoción».
Precisamente, uno de ellos se vivió a la puerta del Palacio de Santa Cruz, donde la espectacular talla de Gregorio Fernández salió a la calle mientras el Coro de la Universidad de Valladolid interpretaba varias piezas religiosas.
Después, la procesión, encabezada por un grupo de dulzaineros, tomó la calle Librería para encaminarse hasta la plaza de la Universidad, donde en la fachada de la Facultad de Derecho, los estudiantes realizaron la tradicional ofrenda floral y pidieron al Cristo que ilumine a universitarios, familias y científicos para construir un mundo mejor. Tras estas palabras el coro interpretó el «Gaudeamus Igitur» ante una silenciosa y abarrotada plaza en la que a media mañana la temperatura ya rozaba los 20 grados y un sol radiante que animó, si cabe, a más vallisoletanos a acompañar.
Cortejo
El cortejo penitencial, encabezado por el rector, Daniel Miguel, estuvo acompañado por autoridades municipales como la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, la de Educación, Victoria Soto; los ediles populares Mayte Martínez y Borja García; el delegado territorial de la Junta, Pablo Trillo.
Después, la procesión continuó por la calle Arzobispo Gandásegui, plaza del Portugalete, hasta la Catedral, donde se rezó un Vía-Crucis. Desde allí, y por la calle Arribas inició el regreso hasta el Palacio de Santa de Santa Cruz.
La talla de Gregorio Fernández, fechada entre 1630 y 1636 , y con más de 1,7 metros de longitud, volvió así a recibir muestras de cariño de los vallisoletanos.