José Gabriel Antuñano - El callejón del gato
El chapapote llega
«La corrupción existe cuando fallan los controles porque se sestea en el poder y no se vigila»
El chapapote de la corrupción ha llegado a las costas de Castilla y León. Es pronto para valorar intensidad, daños y afectados, o saber si solo se trata de apariencias. Los tribunales establecerán el alcance de los casos de las Cajas, eólicas y derivados. Del HUBU y de las otras dos investigaciones parlamentarias no cabe esperar demasiado. La corrupción, asunto detestable y repugnante, es tan solo la punta del iceberg que guarda en aguas profundas la putrefacción de un partido: solo cuando un árbol se queda sin raíces, se cae. Esto le ocurre al PP: ninguna semana sin un susto. Los motivos cierto que se encuentran en la ambición sin medida de los individuos, pero también obedece a causas institucionales y coherencia programática.
La corrupción existe cuando fallan los controles porque se sestea en el poder y no se vigila; encuentra el campo abonado cuando los dirigentes se identifican con arribistas, profesionales de la política y sin bagaje laboral previo, o se instalan en el todo vale para seguir y trepar, sin argumentar decisiones con ideas (solo argumentarios preparados); cuando se olvidan de referentes éticos y morales, o ejercen el poder sin la noción de servicio a la sociedad; cuando se legisla a la carta de palmeros y lobbies con halo progresista, que no les votarán nunca; cuando no se cree en el programa y se legisla al dictado de los vientos. Hasta la fecha el votante popular les ha apoyado a sabiendas de la pútrida corrupción y el reiterado incumplimiento de un ideario. El PP ha jugado bien el voto del miedo (los otros te harán más daño) y ha contado con la suerte de no tener un partido próximo. Las circunstancias cambian y la bajada en intención de voto del PP en horas bajas de PSOE y Podemos, un síntoma, porque los apoyos se hartan.