Educación
César Romero (Grupo San Valero): «Queremos que el Camino de Santiago sea ejemplo en la protección ambiental»
El grupo educativo aragonés impulsa el proyecto Life Stars en la ruta jacobea con fondos de la UE
La lucha por la protección del medio ambiente en el Camino de Santiago. Ésa es la premisa inicial del proyecto Life Stars, una iniciativa del Grupo San Valero con dimensión internacional que toma como ejemplo la Ruta Jacobea y que ya ha recibido premios por ello.
-¿En qué consiste el proyecto Life Stars?
-La iniciativa persigue tomar el Camino de Santiago como vector para la lucha contra el cambio climático. Es el primer itinerario cultural europeo, un recurso turístico por excelencia, y sin embargo se contempla desde el factor cultural, religioso y deportivo, pero nadie lo ha contemplado desde el medioambiental. Lo que hicimos fue presentar a la Unión Europea un proyecto de 1.700.000 euros, con un 50 por ciento de subvención de la Comisión Europea a través del programa Life, y planteamos que el Camino era un buen escaparate para sensibilizar al peregrino desde una perspectiva internacional, ya que lo transitan muchas personas de todos los lugares del mundo.
-¿En qué momento surgió esa idea?
-Hace 4 años. Veíamos el Camino de Santiago como un recurso del que todo el mundo habla, pero que su medioambiente no estaba interiorizado. La peregrinación al Camino ha ido creciendo y nos pudimos encontrar con el riesgo que ha habido en otras zonas turísticas marinas donde ha habido una explotación excesiva del recurso turístico y una huella ecológica importante que tenemos que evitar en el Camino. Con lo cual vimos estos problemas y tratamos de solucionarlo. Somos un grupo educativo y la mejor forma de educar a nuestros alumnos de Secundaria o universidad es dando ejemplo y poner nuestro saber hacer a disposición del peregrino a través de dinámicas participativas para sensibilizar y educar tanto al peregrino como a los estudiantes en beneficio del medio ambiente.
-¿Qué tipo de medidas proponen?
-Va a depender de cada albergue. Pero van a ser medidas que no cuesten mucho y que tengan fácil retorno. Por ejemplo, hemos observado que en los albergues el agua sale a temperaturas que tienes que mezclar con fría para que sea una temperatura de confort, con lo que gastas más agua y también más energía. Con lo cual hemos climatizado esa agua para que de alguna manera pueda salir por encima de 24-25 grados, que es una temperatura adecuada sin gastar agua en exceso.
-¿Proponen iniciativas también para los peregrinos que pasan por los albergues?
-Sí, se les está facilitando el compromiso de que no tiren lo que no tienen que tirar en el Camino, que tiene elementos que se les está facilitando para ello. Se les da una especie de decálogo del peregrino para que su uso sea sostenible y también se está planteando que se comprometan a recoger lo que otros han dejado y no tendrían que haberlo hecho.
«La mejor forma de educar es poner nuestro saber hacer a disposición del peregrino»
-¿Actualmente cuantos albergues pertenecen al proyecto?
-Cinco en Bruselas, cinco en España y uno en Austria. Aunque este último no pertenece al Camino de Santiago, están muy interesados en él.
-¿Cualquier albergue puede pedir entrar en el proyecto?
-Totalmente, está abierto para todo aquel que lo desee. Ahora queremos que tenga mucha difusión. Incluso hay una sección en la web para todo aquel que quiera proponer medidas o que haya hecho algo que sean interesante para el medio ambiente y el camino, lo cuelgue y estamos abiertos a colaborar.
-¿Y qué objetivos tienen para el futuro?
-Queremos y tenemos que involucrar a todo aquel que quiera aportar algo al medioambiente, que sea un proyecto para todos. Y que todo lo que aprendamos y hagamos se transfiera a otros entornos, ya sean geográficos u otros establecimientos. En el fondo, queremos que el Camino de Santiago sea un ejemplo para todo lo relativo al medio ambiente.
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