El cementerio de Zamora se queda sin capellán y busca seglares para prepararlos
El sacerdote Emilio Santiago Lorenzo se jubiló a principios de septiembre a las 87 años de edad

El cementerio municipal San Atilano de Zamora se ha quedado sin capellán, después de la jubilación a principios de septiembre y con 87 años de Emilio Santiago Lorenzo , y ya busca seglares para prepararlos y que puedan ejercer su función. Así lo expresó el arcipreste de la ciudad, José Ángel de la Rivera de las Heras , en una carta en la que recogía que la «supresión de dicha capellanía conllevaría que la oración fúnebre que se rezaba en la capilla del camposanto dejaría de realizarse».
No obstante, tal y como apuntó el arcipreste, «aunque la despedida del difunto se realiza al final de la liturgia exequial que se celebra en la iglesia, mayoritariamente se ha estimado conveniente, mientras sea posible, seguir haciendo la citada oración en el momento de la inhumación del difunto ». Para que esto sea posible, el arciprestazgo ha acordado ofrecer la posibilidad de que dicho acto «sea llevado a cabo por un grupo de fieles seglares, previamente formados para este fin, como sucede en otras localidades de nuestra diócesis».
«Los párrocos en sus respectivas iglesias, y los capellanes y los presidentes de las cofradías y hermandades de la Semana Santa de Zamora comunicarán dicho acuerdo de la forma que estimen conveniente, incluso ofrecerán el desempeño de este servicio a aquellos fieles y cofrades que por su perfil personal y eclesial, y también por su empatía con dicha tarea, puedan sentirse invitados a realizarla en nombre de la Iglesia de la ciudad de Zamora, en favor de los hermanos que han partido de este mundo , y en cercanía con los familiares que pasan por la prueba del dolor provocado por la separación de una persona querida», señaló Rivera de las Heras.
Por último, el arcipreste de Zamora incluye en su comunicado un correo electrónico (secretaria.general@diocesisdezamora.es) para que, si es posible antes del día 15 de octubre, « envíen los nombres, las direcciones y los modos de contacto de las personas que se ofrezcan y de las que hayan accedido a vuestro llamamiento personal para realizar esta tarea eclesial, profundamente humana y cristiana».