Castrovido, la presa esperada

Tras 16 años de trabajo, la presa de Castrovido (Burgos) está finalmente completada y en pocas semanas se iniciará el llenado del embalse, que podrían durar hasta 2 años

Presa de Castrovido ICAL

El 23 de febrero de 2004 fue un día señalado en la provincia burgalesa. Tras años dando forma al proyecto, comenzaron las obras de construcción de la presa de Castrovido (Burgos), una construcción que tenía como objetivo acabar con los desbordamientos del río Arlanza. 16 años después, varios cambios de Gobierno, y tras una inversión final de 230 millones de euros, el pasado mes de diciembre finalizaron las obras de esta construcción.

Aún sin fecha de inauguración oficial debido a la situación sanitaria por la crisis del COVID-19, la presa ya ha empezado a funcionar ante las fuertes lluvias de los últimos meses; aunque tal y como aseguró a ICAL la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), en próximas semanas se comenzará el llenado del embalse, que podría durar “hasta dos años”.

16 años de idas y venidas

Construida en hormigón con una cota máxima de 1.045 metros y un volumen de 82 hectómetros cúbicos, esta presa formaba parte del Plan Hidrológico Nacional, y en 2004, durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, comenzaron las obras, que, con una inversión inicial de 75 millones de euros, se aseguró que estaría finalizada en 2007.

“Ha sido un proceso con encuentros, desencuentros, cambio de ritmo, de medidas en la presa. Cada equipo de Gobierno ha tomado una decisión”, asegura el alcalde de Castrovido, Francisco Azúa, recordando el tiempo que ha llevado su construcción. Por su parte, el portavoz de la Comisión de Seguimiento de las obras de la presa de Castrovido, Dositeo Martín, recuerda que ha llegado a tener entrevistas con “cuatro ministros diferentes”, por esta obra, porque aunque se inició durante el mandado de Zapatero, se mantuvo durante el resto de legislaturas , con presidentes de PP y PSOE al mando.

En este punto, Martín señala la “voluntad nula” de las ministras de Medio Ambiente Isabel Tocino (1996-2000) y Cristina Narbona (2004-2008), asegurando que si hubiese sido por ellas “se la hubiesen cargado”. “Lo único que hacían era tirar para atrás para que esto no saliese”. El portavoz considera que fueron precisamente los planteamientos ecologistas los que motivaron esta “falta de interés” por parte de los Ministerios para su construcción. “Últimamente, sobre todo los de Medio Ambiente, están más dominados por temas ecologistas”, apunta.

Sin embargo, aunque continúa defendiendo la importancia de esta presa para la zona, también señala que “llega tarde” .

Punto negro en su historia

El momento más trágico de su construcción llegó el 5 de octubre de 2011, cuando cuatro obreros que trabajaban en la presa fallecieron aplastados por una tolva con 20 toneladas de cemento. Un suceso que conmocionó a la provincia y paralizó las obras durante casi dos años, mientas se esclarecían las causas del accidente.

“Fue un acontecimiento muy negro y trágico para Salas, e incluso para la comarca”, señala Azúa. Un pensamiento al que se suma Dositeo Martín, que recuerda cómo le afectó personalmente este suceso. “Son cosas que pasan, pero que no deberían de ocurrir. Te sientes un poco culpable, aunque no tendría que ser así”.

“Supuso una tragedia muy sentida por todos los implicados en la ejecución de los trabajos, dado que, en muchos sentidos, formaban algo parecido a una gran familia después de muchos años trabajando en el mismo lugar”, señalan por su parte a ICAL desde la CHD.

La presa de Castrovido hoy en día sigue siendo un proyecto polémico, cuantioso y que se ha convertido ya en una de las obras más duraderas de la provincia burgalesa.

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