Castilla y León roza la paridad laboral entre los jóvenes de 25 a 34 años

La distancia entre hombres y mujeres que están trabajando a esa edad se reduce a su mínimo histórico

Una trabajadora de la planta de Renault en Valladolid ICAL

J. M. AYALA

Nunca ha habido tantas mujeres trabajando en Castilla y León como en la actualidad. Según los datos de la Encuesta de Población Activa referidos al tercer trimestre del año, un total de 447.700 féminas tenían un empleo entre junio y septiembre d e 2019. Aunque es la cifra más alta jamás registrada, aún se encuentra muy lejos de los más de 557.000 hombres que ocupaban algún puesto remunerado durante ese mismo periodo de tiempo gracias también a una importante subida experimentada desde la salida de la crisis hasta alcanzar el nivel más elevado de los últimos cinco años. El global de más de un millón de ocupados era una de los objetivos de la pasada legislatura y se ha conseguido con el inicio de la actual. Sin embargo, también se persigue una mayor (y mejor) integración de la mujer en el mercado laboral y en ese capítulo las distancias aún son significativas salvo en un colectivo de edad muy concreto, el que va de los 25 a los 34 años, y que puede indicar que algo está cambiando, aunque sólo la evolución de los próximos trimestres podrá o no responder a si esta teórica igualdad se generaliza.

Y es que las cifras conocidas desvelan que a diferencia entre varones y féminas en cuanto al número de activos y ocupados en ese rango es la más reducida de toda la serie histórica. Así, de los más de 200.600 personas que tenían un puesto de trabajo o que aspiraban a conseguirlo, 103.700 eran de sexo masculino y 97.200, del femenino . Una «desventaja» sin precedentes y que alcanzaba los 40.000 en favor de los hombres a principios de siglo.

Situación similar es la que se da en el caso de los denominados «ocupados» , que son los que trabajaron en este tercer trimestre cuando contaban con entre 25 y 34 años. En este caso, de los 169.000 ciudadanos que tenían un empleo, casi 88.000 eran hombres y algo más de 81.000, mujeres . De nuevo, es la distancia más corta entre sexos de siempre y se encuentra muy alejada también de los más de 40.000 que había también en favor de los varones poco antes del comienzo de la crisis.

Parados

En cuanto a número de parados la situación ha ido variando en el tiempo en función, entre otros aspectos, del porcentaje de mujeres que estaban dispuestas o que conseguían trabajar -mucho menor en los primeros años del siglo-, de cuestiones más estacionales como las temporadas más turísticas en los que las féminas accedían a un trabajo con más intensidad o en momentos en el que los trabajos de sectores más masculinizados se venían abajo, lo que ha llegado suponer que en varios trimestres haya habido incluso más desempleados que paradas. En la encuesta realizada entre junio y septiembre, los números muestran un total de 15.500 hombres en paro y 16.100 mujeres en esa misma situación, también con una de las menores diferencias históricas, algo que también se da en el conjunto de los datos de la EPA, donde en la actualidad hay 59.600 varones y 66.900 mujeres que buscan un empleo de momento sin éxito.

Las razones más «lógicas» para entender porque se da esa «paridad» laboral entre los jóvenes pasarían tanto por la mayor preparación de las mujeres -estudios- como porque aun es una edad en la que muchas de ellas no son madres , un aspecto que en muchas ocasiones y aún hoy en día les expulsa del mercado.

Desde los sindicatos mayoritarios confirman esta realidad y consideran «una buena noticia» este acercamiento entre hombres y mujeres, pero su lectura de los por qués incluye otro factores mucho más negativos. Para, la secretaria de Mujer y Políticas de Igualdad en Castilla y León, Yolanda Martín , los datos se quedan «cojos» porque la «realidad» es que el 85 por ciento de los contratos son «en categorías más bajas y con una alta temporalidad y parcialidad», al tiempo que reseño que «nuestros salarios siguen siendo algo complementario en el hogar». Martín también evidenció que «aunque estudiamos más que los hombres y tenemos una mejor preparación académica nos decantamos por presiones que no son las mejor remuneradas».

Para la sindicalista, los empresarios quieren trabajadores «con total disponibilidad» y «si queremos ser madres estamos muy condicionadas» . Aunque «queda mucho por hacer» en políticas sociales, sí reconoció que empieza a haber una mayor «corresponsabilidad» entre géneros «a la hora de compartir roles» y eso facilita que la mujer pueda trabajar, aunque «incluso con un puesto de trabajo dedicada mucho más tiempo al hogar que un varón».

En la misma línea, la secretaria de Igualdad y Juventud de UGT de Castilla y León, Ana Isabel Martín , asegura que «ves los datos y parecemos que vamos adelantado y se acortan las diferencias», pero «la cara b» de estas cifras es que «los datos de los hombres en esa edad también son muy malos». Es lo que define como «brecha generacional» y que se traduce «en menos sueldos para todos por igual» en el que «las mujeres no han evolucionado y los varones han perdido capacidad adquisitiva» para llegar «a una igualdad equivocada e in justa» en el que trabaja más gente «en peores condiciones».

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