En Castilla y León aún queda una vivienda nueva a estrenar por cada 31 hogares
El stock ha caído un 28% desde el boom inmobiliario, pero encuentra su escollo en zonas urbanas que no triunfaron
Solo entre 2007 y 2008 se terminaron en Castilla y León las obras de 72.798 viviendas, prácticamente el mismo número que el total de casas nuevas vendidas en la Comunidad desde entonces. El «boom» inmobiliario dejó en toda España un excedente de pisos y adosados vacíos recién construidos que se han ido acumulando desde entonces sin la demanda suficiente como para ser absorbidos. Así, el stock actual asciende a 32.079. Unos datos que dejan una proporción de un hogar a estrenar por cada 31 ocupados como vivienda principal.
En los últimos años, el volumen ha disminuido considerablemente y se ha reducido en un 28 por ciento el stock de viviendas desde el pico registrado en 2009, según las estadísticas del Ministerio de Fomento. La evolución ha sido a la baja pero desigual en la última década y, precisamente, en 2018 se registró el incremento más bajo en un mercado inmobiliario en el que la vivienda usada sigue mandando y copando más de tres cuartas partes de la compraventa. Si se siguiera el ritmo del año pasado, para dejar el stock a cero serían necesarios 79 años, o más, dado que las grúas han vuelto a los cielos de la Comunidad y los edificios residenciales vuelven a construirse.
Todo parece indicar que parte de ese parque estaría en cierto modo maldito. «Realmente hay un stock importante. Lo que ocurre es que una parte de él es de muy difícil venta», señala el presidente de la Asociación Vallisoletana de Empresarios de la Construcción, Promoción Inmobiliaria y Afines (Aveco), Alberto López Soto. El «boom» inmobiliario creó muchas zonas residenciales expandiendo las ciudades por sus cuatro costados, y, actualmente, mientras hay nuevas viviendas que se vuelven a vender sobre plano en barrios populares, hay otros que no triunfaron y a los que la demanda no llega -incluso en protección oficial-. Y «eran zonas buenas».
Precio razonable
De esta forma, reconoce López Soto que el mercado «se ha ido acelerando» y recobrando vida en el último lustro frente a situaciones que «no ayudan» como la caída de la población, los salarios bajos o pocas expectativas de un empleo estable para asumir el coste de un «producto caro», que hace que «la gente se retraiga». Y en este tímido ritmo de ventas al alza, por delante de viejas promociones han entrado en juego las nuevas casas que se están edificando. La mayoría se están vendiendo en tiempo y precio «razonable».
Y es que si en los últimos años se ha dado salida a todas esas viviendas vacías que han encontrado dueño para sus llaves ha sido en parte a costa del frenazo casi absoluto de la actividad en la construcción, que ha estado muy parada», como refleja el hecho de que el número de viviendas terminadas en 2007 sea equivalente al conjunto de visados de obra acabada acumulados de ocho años y medio, desde 2001 hasta ahora.
Tras los peores años del sector, parece que poco a poco va retomando el vuelo. «No es para tirar cohetes. El enfermo se ha levantado de la cama y comienza a andar, pero no corre», expone el presidente de Aveco.
Lento despertar
El despertar ha sido lento. Comenzó en 2014, de acuerdo con los datos de Observatorio Industrial de la Construcción, y se ha acelerado en los últimos dos años. Este 2019 aspira a seguir el mismo ritmo, pues a cierre del mes de julio se había superado ya el 79 por ciento de los visados de obra nueva residencial total de 2018. Unas nuevas promociones que se «venden más fácil» que el stock. Su emplazamiento ha sido «seleccionado» sabiendo las preferencias, y el suelo se ha comprado acorde a los precios actuales, para hacerlo con «rentabilidad». Aún así, la actividad es muy baja respecto a los datos precrisis. En Castilla y León no ha habido el «boom» del que se habla en ciudades como Madrid porque el mercado no tiene nada que ver, asegura López Soto.
En concreto, en este ejercicio se ha solicitado ese visado para la construcción de 3.075 viviendas, con lo que se vuelve a construir más de lo que se vende, ya que han sido 1.852 las compraventas de casas nuevas contabilizadas en el primer trimestre por el Colegio de Registradores de la Propiedad.
Castilla y León, que copa casi el siete por ciento del stock nacional, presenta una situación desigual en sus distintas provincias. Casi la mitad se registra en Valladolid y León, siendo ésta última uno de los territorios con peor evolución. Desde el pico de 2009, se han reducido las casas a estrenar sólo en un diez por ciento. Le siguen Ávila y Soria, con un quince por ciento de mengua, como las otras peor paradas. Todas ellas siguen teniendo un porcentaje de edificaciones nuevas en relación al parque total parecido al que la Comunidad y el país tenían en pleno «boom». Por el contrario, Salamanca ha absorbido la mitad de su stock, Palencia ha tenido una evolución acorde a la media de la Comunidad, mientras que Valladolid, Zamora, Segovia y Burgos se han comportado un poco mejor en la última década.
«Buscan lo nuevo»
Unas cifras, no obstante, que López Soto invita a tomar con cierta distancia. Y es que ante guarismos y evoluciones tan bajas cualquier movimiento puede distorsionar la realidad, que ve similar en todas las provincias, en las que la diferencia la pueden marcar unas determinadas promociones que no llegaron a cuajar al comprador. «El stock está ahí y va a seguir estando. Lo que la gente está buscando es lo nuevo y por eso se hace», porque hay demanda, concluye.
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